Chilpancingo tiene nuevo alcalde después del asesinato de Alejandro Arcos
El asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, ha conmocionado la vida pública del municipio y el estado de Guerrero.
En Chilpancingo las escuelas iban a retomar clases este lunes tras el paso del Huracán John, pero el asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán –la extrema crueldad con la que fue decapitado y su cabeza exhibida sobre una camioneta, cerca de la carretera a Tixtla– hizo que la ciudad cerrara de nuevos sus puertas. Se suspendieron clases, se cerraron negocios y los funcionarios públicos abandonaron sus actividades.
El mensaje es claro. No hizo falta –al menos hasta donde se sabe– de una narcomanta que hiciera explícito lo que significa la cabeza de un gobernante abandonada en el camino: la cabeza del rey encima de su carruaje.
Acéfalo, el gobierno de Chilpancingo tardó todo el lunes en decidir cuál era el siguiente paso. El suplente considerado en primera instancia es el primer edil, el médico internista Gustavo Alarcón Herrera, hijo del expresidente municipal Gustavo Saúl Alarcón Abarca. Pero el médico declaró a los medios locales que estaba considerando si aceptaba o no acepta el cargo. Ante las circunstancias, se entendía su miedo.
Esta mañana, sin embargo, Alarcón Herrera aceptó encabezar la alcaldía y asumir el cargo de presidente municipal, “teniendo como banderas la paz y el desarrollo”, dos objetivos que expresó Alejandro Arcos como los principales ejes de su gobierno.
El nuevo alcalde ya cuenta con un equipo de seguridad: personal de la policía estatal y de la Guardia Nacional ya resguardan su domicilio.

Un velorio tenso
La reportera Margena de la O reportó el velorio del alcalde Alejandro Arcos en la Iglesia de la Santa Cruz, cerca del centro de Chilpancingo y consignó los grandes ausentes: ninguna alta autoridad del gobierno estatal se presentó ni al velorio, ni al entierro en un panteón privado.
A la misa de cuerpo presente en la Catedral de la Asunción, acudió Rubén Hernandez Fuentes, coordinador general operativo de la oficina de la Gubernatura y pareja sentimental de Salgado Pineda.
La expresidenta municipal y predecesora de Alejandro Arcos, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, sí apareció durante el velorio. No obstante, la gente enfurecida la despidió a gritos: “¡Hipócrita!”, “¡Asesina!”, la llamaron. En julio del año pasado, Norma Otilia apareció en varios videos comiendo tranquilamente con Celso Ortega, el líder de Los Ardillos, grupo criminal al cual se le atribuye el asesinato del alcalde.

Se sabe todavía poco de lo ocurrido exactamente con Alejandro Arcos y los motivos de su homicidio. El secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, ha desmentido la versión de que el alcalde contaba con protección de la Guardia Nacional. “Nunca fue solicitada”, dijo en la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum este martes.
Lo que se sabe hasta el momento es que Arcos asisitió solo a Petaquillas, una comunicad controlada por los ya mencionados Ardillos, después de pasar la mañana en Tepechicotlán coordinando tareas de reconstrucción tras el Huracán John. Se perdió comunicación con él al entrar a la comunidad. Horas después apareció su cuerpo degollado en la calle Moctezuma, cerca de la carretera de Tixtla a Chilpancingo, en las afueras de la colonia Villas del Roble.
Condenas, pronunciamientos y especulaciones
A estas alturas todos y todas se pronunciaron ya al respecto, condenando enérgicamente los sucesos, enviando condolencias, exigiendo más seguridad o anunciando despliegues de cuerpos policiacos por todo Chilpancingo, el tercer municipio más violento de la entidad en lo que va del año.
La tensión entre grupos criminales enfrentados por Chilpancingo es tan alta que, a principio de año, obispos y sacerdotes tuvieron que servir de intermediarios entre las organizaciones para intentar establecer un pacto, ante la omisión del gobierno estatal.
Los dirigentes de los partidos de la coalición PRI-PAN-PRD, la cual postuló a Alejandro Arcos como candidato a presidente municipal, ya hicieron los correspondientes llamados de justicia y denuncias públicas:
“Esto sobrepasó todos los límites, necesitamos garantizar la seguridad”, afirmó Alejandro Moreno, Alito, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, en una entrevista con Gabriela Marketing en W Radio. “En Guerrero, como en otras entidades federativas, si no pactan con el crimen organizado, ya no los van a dejar gobernar”.

Mientras tanto, Jesús Zambrano, presidente del Partido de la Revolución Democrática, aseguró que esta es una muestra “de la ausencia de gobernabilidad” en Guerrero, estado que se encuentra “claramente en manos de la delincuencia (….) le exigimos a Claudia Sheinbaum tome directamente en sus manos el esclarecimiento y castigo de este asesinato político en este narcoestado sureño”.
Hay quien recuerda, sin embargo, lo denunciado por los excontendientes por la presidencia municipal de Chilpancingo, abanderados de Movimiento Ciudadano (MC) y la alianza Morena, Partido Verde y PT, quienes durante las campañas denunciaron que grupos armados les prohibieron ingresar a 10 comunidades Del Valle del Ocotito y anunciaron que sólo permitirían el acceso a Alejandro Arcos Catalán, el entonces candidato del PRI-PAN-PRD, quien fue decapitado a los seis días de asumir el cargo.
“No había condiciones para ir. Se nos dijo que solamente iría un candidato, ya saben quién, el de la alianza PRI, PAN, PRD, ese sí podía”, denunció Víctor Martínez Toledo, de MC. Por su parte, la alianza Morena-PT-PVEM denunció en su momento amenazas contra los promotores del candidato Jorge Salgado Parra y consideró al Valle de Ocotito un “foco rojo” para el partido. El Valle del Ocotito es otra de las zonas controlada por Los Ardillos.
En el proceso electoral pasado se registró el asesinato de 36 aspirantes, precandidatos y candidatos. En menos de un mes, otros cinco funcionarios públicos han sido asesinados en Guerrero.