Casa Xochiquetzal denuncia: exposición en el MUAC incluye insultos misóginos y revictimiza
Casa Xochiquetzal es un albergue en el barrio de la Merced para ex-trabajadoras sexuales de la tercera edad. Señala que una pieza expuesta en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo difama al espacio y su organización, además de revictimizar a sus huéspedes.
Casa Xochiquetzal es un espacio que ha funcionado desde 2006 como un lugar de atención y refugio para extrabajadoras sexuales, generalmente de la tercera edad. El día de ayer el espacio denunció mediante una carta pública dirigida a la curadora Alejandra Labastida, del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), lo que considera mentiras y descalificaciones contenidas en la pieza “Extracto para un fracasado proyecto”, en la que la artista Ana Gallardo “revictimiza” a las habitantes del albergue y a quienes lo sostienen.
En 2011, Gallardo emprendió un proyecto con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y, según su relato, la directora de Casa Xochiquetzal le pidió como retribución cuidar de una adulta mayor de nombre Estela, quien, de acuerdo con lo expresado por Gallardo en su pieza, vivía en “condiciones deplorables”.
La pieza de Gallardo es un mensaje en el que utiliza la palabra “puta” como insulto repetidamente, cincelado a lo largo de todo un muro de una de las salas del museo como parte de la exposición “Tembló acá un delirio”. En su carta al MUAC, el personal de la Casa Xochiquetzal señala que Gallardo miente respecto a las “malas condiciones” que expone en su pieza.

“Tenemos una pared enorme, un video, una ficha técnica y publicaciones en redes que tratan esta situación como si ella hubiera sido una víctima, y que una artista se muestre como víctima en un torpe acercamiento a un lugar en el que realmente viven mujeres victimizadas una y otra vez a lo largo de su larga vida, resulta insensible, insultante y violento”, señala el comunicado.
El trabajo de Casa Xochiquetzal, fundada en 2015 en el barrio de la Merced, ha sido retratado desde hace años por medios locales e internacionales. Algunos de los trabajos, como el libro Las amorosas más bravas, llevaron años de registro y documentación en el interior de la casa.
Por eso, el relato plasmado en la obra de la artista Ana Gallardo resulta, “además de violento, inverosímil”, pues, en la cédula que da cuenta del proceso de la obra, señala que se le negó la posibilidad de generar un trabajo con las residentes del espacio o que se le condicionó para trabajar con una trabajadora sexual moribunda que vivía entre sus propio desechos, sin higiene ni cuidado alguno.
“Tenemos los correos que ella enviaba a la casa, en los que expresa gratitud, empatía, entendimiento, y contrastan drásticamente con lo que pone en su pieza”, publicó Casa Xochiquetzal en su carta. “Lo que se le pidió fue que cuidara a una compañera que estaba muy enferma y eso le pareció insultante. Sólo la acompañó un día y no volvió más (…) ella dice que fue su muerte la que le impidió concluir”.
El relato de 15 líneas cincelado sobre los muros del MUAC en la exposición, denuncia la Casa Xochiquetzal, emplea insultos misóginos y denigrantes para las extrabajadoras sexuales: “Son palabras dolorosas para las habitantes de la casa, y ahora con esta pieza las está revictimizando e impulsa a la gente a nombrarlas de esa forma”, precisa la carta.
Minerva Valenzuela, defensora de los derechos de las mujeres en contexto del trabajo sexual y vocera de Casa Xochiquetzal, señala en entrevista con Fábrica de Periodismo que ya ha recibido una respuesta del MUAC y de la curadora Alejandra Labastida para abordar la denuncia.
En la carta Casa Xochiquetzal insistió en el uso del presupuesto público destinado a una obra que las violenta, expuesta en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en el MUAC: un museo que ha albergado trabajos en favor de las luchas de las mujeres.
Para Valenzuela es increíble que al MUAC “se le haya pasado” una pieza así, que define como “una obra que insulta a una casa que trabaja con propios recursos, siempre a marchas forzadas”.
“Que les quede claro a las personas que permitieron esa exposición que lejos de contribuir a una lucha en contra de la violencia hacia las mujeres, la están avivando“, concluye Valenzuela.
Después de los reclamos, el MUAC respondió y sostuvo que “no es ajeno al sentir de la comunidad” y destacó que “la solidaridad con las poblaciones más vulnerables es un valor que guía su trabajo“.
En un comunicado difundido a través de sus plataformas oficiales, las autoridades del MUAC expresaron que ya han establecido contacto con representantes de la Casa Xochiquetzal y que se reunirán con ellas para intercambiar ideas y posturas.
El MUAC destacó que como parte de la UNAM “refrenda su respeto por los derechos a la libertad de expresión y pensamiento” y remarcó que su rol consiste en “albergar la libertad artística y suscitar una discusión en el marco de respeto”.