Rosario Piedra usó carta falsa de Raúl Vera para buscar su reelección en la CNDH
Luego de que varias organizaciones se posicionaran contra la reelección de Rosario Piedra en la CNDH, el obispo Raúl Vera acusa falsificación.
“Es un delito grave”, dijo el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, al denunciar que su nombre y firma fueron utilizados sin su consentimiento en una carta apócrifa para respaldar, ante el Senado de la República, la reelección de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Raúl Vera, quien en 1995 se unió a Samuel Ruiz en la Diócesis de San Cristóbal en su apoyo al movimiento zapatista y que desde el año 2001, luego de ser nombrado obispo de Saltillo, fundó el Centro de Derechos Humanos Fray Juan que ha acompañado a las familias de personas desaparecidas, a campesinos saqueados por la industria y a víctimas del Ejército, solicitó a través de un comunicado respetar su trayectoria e identidad y evitar el mal uso de su nombre en temas de interés nacional.
“Quiero denunciar que ese papel membretado donde se utiliza mi nombre, además de ser un diseño malo y obscuro, no existe en mi oficina particular”, acusó el sacerdote. “Las palabras que ahí se expresan, además de estar mal escritas, ni son mías, ni obedecen mi pensamiento”,
La carta falsa, fechada el 30 de octubre pasado, membretada y una falsificación de su firma, fue dirigida y entregada a las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia del Senado de la República que, en esos momentos, evaluaba 50 perfiles para conformar una terna de candidatas para presidir la comisión.
En ella se incluyen elogios a la funcionaria describiéndola como una persona “incansable”, “constructora de esperanza”, “es digna de seguir, etcétera. “Hoy la respaldo en su trabajo”, remata la misiva.
Estas palabras, en boca de Raúl Vera, habrían sorprendido a la comunidad de organizaciones defensoras de derechos humanos quienes, de manera unánime, han expresado su rechazo a la gestión de Rosario Piedra Ibarra al frente de los Derechos Humanos calificándola de omisa o directamente contraria a la protección de los derechos humanos.

Rosario Piedra incumple estándares para su reelección
No son pocos quienes han señalado que Rosario Piedra Ibarra no cumple con los mínimos estándares que se requieren para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Por eso la indignación tampoco fue menor cuando se supo que su nombre figuraba entre la terna finalista, luego de que la Comisión de Justicia del Senado, evaluaran el perfil y trayectoria de medio centenar de postulantes.
“No existe ningún elemento objetivo que justifique que forme parte de esta terna” denunció Eduardo Guerrero, del Centro para la Defensa de los Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, en una conferencia de prensa realizada este miércoles y convocada de última hora por 12 organizaciones distintas.
Las principales críticas a su gestión es su falta de independencia y su parcialidad cuando se trata de defender a ciertas instituciones como el Ejército o plegarse a los criterios del poder ejecutivo. Piedra tampoco se ha posicionado en temas como la Reforma Judicial y ha sido denunciada por desvío de fondos y negligencia.
Incluso el senador morenista Javier Corral reconoció que Rosario Piedra no figuraba siquiera entre la preselección pues, entre los 12 finalistas, ella sólo había logrado un voto por no cumplir con los estándares necesarios. Corral admitió que la decisión de incluirla obedecía a un “consenso” entre los distintos partidos –aunque los partidos de oposición han mostrado su rechazo tajante–.

La carta falsa del obispo Raúl Vera no es el único evento en donde Piedra Ibarra ha estado involucrada en casos de falsifación de documentos. El pasado 23 de octubre, la asociación civil Defensores por una Justicia Digna, denunció a Piedra ante la Fiscalía General de la República por corrupción y falsificación de documentos.
La acusaron por mentir en la convocatoria que la llevó a ser elegida presidenta de la CNDH: uno de los requisitos era que los candidatos no hubieran ocupado un cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político al menos durante un año antes de su designación.
Piedra firmó una misiva bajo protesta de decir verdad en la que aseguró no haber ocupado tal cargo. Sin embargo, existen documentos que evidencian que meses antes de su designación se desempeñaba como consejera nacional de Morena y parte del Consejo Nacional de Morena.
Las organizaciones acusaron al Senado de no escuchar los planteamientos de la sociedad civil durante un parlamento abierto al que fueron convocadas: “se hicieron serios cuestionamientos hacia la gestión de la actual presidenta, que no fueron tomados en cuenta”, dijo Itzel Checa, del Observatorio de Designaciones Públicas. “Fue un ejercicio de simulación, de traición a las víctimas del país, un desdén a la situación crítica en materia de derechos humanos”.
Sheinbaum respalda a Piedra Ibarra
Esta mañana, durante su conferencia matutina, a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se le preguntó su postura sobre la reelección de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH. La mandataria esquivó el cuestionamiento y lo dejó en las manos del Senado.
“Es una decisión del Senado, lo planté el día de ayer, las y los senadores hacen la terna a partir de sus comisiones y el pleno decide a partir de la terna”, dijo y, sin embargo, mostró su apoyo a la actual titular de la Comisión: “Rosario Ibarra es un símbolo (con su familia) de lucha contra la represión, autoritarismo, las desapariciones forzadas desde el Estado”.
Las otras dos candidatas son Nashieli Ramírez, actual titular de la Comisión para los Derechos Humanos de la Ciudad de México, y Paulina Hernández Dis. Será el Pleno del Senado quienes decidan quién será la directora presidenta de la CNDH durante los próximos 5 años.
En un comunicado, Rosario Piedra Ibarra lamentó el incidente de la carta falsa atribuida al obispo Raúl Vera y explicó que recibió la carta junto a otros documentos de respaldo y la remitió a las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia del Senado, en el marco de los requisitos de la convocatoria. La funcionaria señaló que actuó de buena fe, asumiendo que el documento era auténtico.
“Simplemente puedo decir que recibí la carta de adhesión, como recibí muchas otras, y la transmití sin malicia ni mala fe a las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia del Senado de la República, en el entendido de que era real”.