Ex “fiscal del terror” aspira a ser juez; lo vinculan al asesinato de periodistas en Michoacán
Diversas organizaciones de la sociedad civil denunciaron que entre los candidatos a ocupar un puesto en el Poder Judicial federal se encuentra Francisco Herrera Franco, exfiscal regional de Michoacán en el gobierno de Silvano Aureoles, quien pretende ser elegido como juez federal en materia penal a pesar de las acusaciones y señalamientos que tiene por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, así como por su posible vinculación con el asesinato de dos periodistas de Michoacán.
Las organizaciones exigieron al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que revisen de inmediato el perfil de Francisco Herrera Franco y que “se retire su candidatura de la elección judicial por representar un riesgo para la impartición de justicia y para los derechos humanos”.
Herrera Franco ha sido señalado en diversas ocasiones por “presuntos vínculos con la delincuencia organizada, extorsionar a comunidades para obligarlas a trabajar para organizaciones criminales, así como por su posible involucramiento en el asesinato de los periodistas Roberto Toledo y Armando Linares, del portal Monitor Michoacán“.
Las organizaciones, entre las que se encuentran Artículo 19, Defensorxs, Laboratorio Electoral, Politiklab y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, destacaron que existen grabaciones en las que el exfiscal presuntamente pacta con líderes criminales, así como una denuncia por violencia institucional contra periodistas.

En Michoacán, Francisco Herrera era apodado el “fiscal del terror” por su historial de violaciones a derechos humanos, cooptación institucional y presunto pacto con grupos criminales, “como quedó documentado en grabaciones filtradas donde se le escucha presuntamente colaborando con un líder del crimen organizado en la región de Zitácuaro”.
Los asesinatos de los periodistas Roberto Toledo Barrera y Armando Linares López ocurrieron en 2022, precisamente en la ciudad de Zitácuaro, luego de que ambos recibieron amenazas de muerte en las que les advertían que dejaran de publicar notas contra el entonces fiscal Herrera Franco.
Un reportaje de The New York Times documentó que los periodistas recibieron las amenazas de grupos del crimen organizado, quienes les recriminaban que publicaran información crítica del gobierno municipal y del fiscal del estado.
Escribió el periodista Nick Casey en octubre de 2023: “El 19 de octubre de 2021, Armando Linares López escribía notas de una entrevista cuándo su celular comenzó a vibrar, mostrando un número desconocido. Linares, de 49 años, fornido y con cabello negro que apenas comenzaba a mostrar algunos mechones grises, dirigía un sitio web de noticias en la pequeña ciudad mexicana lde Zitácuaro; conocía su ritmo tan íntimamente que las llamadas desde números de teléfono desconocidos eran inusuales”.
Pero el hombre al otro lado de la línea, agregó el reportero, habló de una manera que le resultó reconocible de inmediato. “Linares ya conocía ese tono agudo y amenazador tras años de roces con todo tipo de narcos mexicanos. ‘Soy el comandante Águila’, dijo la voz. ‘De parte del Cártel Jalisco Nueva Generación’”.
-¿Quién me habla? -dijo Linares, según pudo reconstruir el reportero del diario neoyorquino.
“El hombre que lo llamaba fue directo al grano: Monitor Michoacán tenía que dejar de estar “quemando” al gobierno local y a la fiscalía. Linares lo interrumpió. Le dijo que el medio no tomaba partido; su trabajo era documentar acontecimientos, nada más. Pero el comandante no buscaba debatir el papel del periodismo en una democracia. Le dijo a Linares que volvería a saber de él y luego colgó”.
Dos semanas después, continúa el texto del The New York Times, “Linares se encontraba en su casa cuando su teléfono vibró, en esta oportunidad con un mensaje mucho más directo en WhatsApp. ‘Amigo, ya se le dijo que dejes de estar quemando al gobierno’, decía el texto. ‘Uno quiere ser tu amigo. Si no, te vas a ganar un problema con nosotros. Deja de estar quemando al fiscal’”.
Monitor Michoacán, agrega el reportero estadunidense, estaba investigando las acusaciones de que el gobierno local le estaba pagando de más a contratistas cómplices para proyectos municipales de alumbrado y también había hecho algunos reportajes que establecieron vínculos entre el cártel de Jalisco y la fiscalía. “Sabía que la amenaza era seria y que el “problema” prometido significaba con casi toda certeza la muerte, ya que, como otro periodista local le dijo a Nick Casey, “matar a un periodista es muy fácil y muy económico”.
“Armando Linares sabía que investigar al gobierno local podría ser riesgoso en muchos niveles. En su anterior trabajo, en un periódico llamado El Despertar, había pasado meses investigando vínculos entre la fiscalía del estado y los cárteles de la droga que debía supuestamente erradicar. Sus colegas le habían advertido que el periódico dependía de los anuncios publicitarios del gobierno local. Poco después, en efecto, el fiscal general del estado convocó una reunión con el dueño del periódico para que cesaran los reportajes. Cuando Linares se enteró de la reunión, confrontó al dueño y poco después se fue del diario“, según me dijeron varios de sus colegas, aunque no se sabe con certeza si fue despedido o si renunció a modo de protesta”.
El 31 de enero de 2022, pocos meses después de recibir las amenazas, ocurrió el primer asesinato. Roberto Toledo, quien trabajaba como fotógrafo y camarógrafo de la mano de Armando Linares, fue abordado en la entrada de la oficina por un grupo armado con capuchas, quienes intentaron ingresar a la redacción, pero no pudieron.
Roberto no pudo escapar del ataque. Recibió tres entradas de bala en su estómago y otras en su brazo, esternón y hombro. “Le quedaron alojados fragmentos de bala en su corazón, hígado e intestinos. ‘Ya me dieron’, fue todo lo que pudo decir antes de que escuchar. ‘Ya me dieron’”.
Armando Linares regresó de inmediato a la oficina, supo que Roberto falleció en el traslado al hospital, se refugió en su oficinba, lloró y, luego de unbos minutos, se recompuso y decidió hacver la siguiente transmisión:
Apenas un mes y medio después, el 15 de marzo de 2022, Armando Linares también sería asesinado en su propia casa.
El periodista Nick Casey reconstruyó esos momentos: “Alrededor de las 6 pm., Linares publicó un artículo sobre un accidente de motocicleta, y se fue a su casa. Mientras se acercaba a su puerta, un hombre se le acercó, vestido con un traje negro y una corbata roja. El hombre saludó a Linares, quien volteó a verlo y lo saludó de vuelta. Se dieron la mano y hablaron unos instantes antes de ingresar al apartamento de Linares. Unos cinco minutos después, el hombre del traje fue visto huyendo del edificio. Nunca sabremos sobre qué conversaron los dos hombres. Nunca sabremos con exactitud cuándo el hombre de la corbata roja sacó el arma que escondía para dispararle a Linares. La policía encontró su cuerpo acribillado con ocho balazos“.
En su momento, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, actual titular de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión, instancia encargada de atender atentados, amenazas y asesinatos de periodistas, rechazó atraer el caso por considerar que los asesinatos no estaban vinculados con su labor profesional.
Por ello, las organizaciones sociales solicitan a la Fiscalía General de la República que atraiga las investigaciones relacionadas con los asesinatos de los periodistas de Montor Michoacán, así como todas las denuncias pendientes en contra de Francisco Herrera Franco, a fin de garantizar una indagatoria independiente, imparcial y con perspectiva de derechos humanos.
Las organizaciones recuerdan también que diversas comunidades indígenas mazahuas denunciaron públicamente al ex “fiscal del terror” por presionar a sus habitantes para integrarse a un grupo criminal, hecho que derivó en el levantamiento de autodefensas.