Detienen y torturan a Estela Hernández, defensora indígena
La noche de ayer, policías del Estado de Querétaro golpearon a la defensora indígena Estela Hernández Jiménez, la arrastraron del cabello y la patearon en distintas partes del cuerpo, la esposaron y se la llevaron detenida. Su hermana, Sara Hernández, denunció que fue sometida a agresiones sexuales durante su arresto.
Estela fue agredida mientras intentaba documentar la detención arbitraria de tres jóvenes habitantes de la comunidad de Santiago Mexquititlán en el municipio de Amealco, de donde ella es también originaria.
Aunque fue liberada ayer mismo, alrededor de las 11 de la noche, la noticia ha alarmado a colectivos, centros de derechos humanos y organizaciones indígenas por la violencia de la detención y la tortura física ejercida por los elementos policiacos. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), por ejemplo, manifestó su preocupación por el caso, lo mismo que el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
De acuerdo a un comunicado de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida (Anavi), de la que ella forma parte, Estela Hernández documentaba el arresto de Leonardo García, Jesús Torres y otro joven hñahñú quienes horas antes fueron golpeados, torturados e incomunicados por la policía sin haber cometido delito alguno.
Hernández acudió al DIF de Amealco para exigir que los hechos se esclarecieran y la liberación de los jóvenes. Fue entonces cuando los elementos de la policía se arrojaron sobre ella, la golpearon y la detuvieron. La Anavi denunció, además, la presencia de elementos del ejército en las inmediaciones del DIF como un acto de intimidación.
“Esta agresión a la comunidad se enmarca en el llamado del Concejo Indígena de gobierno de Santiago Mexquititlán, el cual forma parte de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida y del Congreso Nacional Indígena, a la próxima asamblea comunitaria en defensa del agua el próximo 14 de junio en el pozo de Barrio cuarto, por lo cual denunciamos que el Estado desplega estrategias represión en contra de los pueblos que nos organizamos”.
comunicado de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida
Estela Hernández, ejemplo de defensa indígena
Estela Hernández es una mujer emblemática dentro de la lucha indígena por el territorio. Integrante del Concejo Indígena de Gobierno, Hernández no sólo ha encabezado la defensa de los pozos de su municipio, como maestra también rechazó activamente la reforma educativa de Enrique Peña Nieto por excluir a las comunidades indígenas y, en cambio, participó con la Universidad Autónoma de Querétaro para crear instrumentos pedagógicos impulsar la lengua hñahñú en las comunidades del estado.
«Hoy queda comprobado que ser pobre, mujer e indígena no es una vergüenza. Hoy nos chingamos al Estado: la ignorancia, el miedo no pueden estar encima de nosotros».
En 2006, su madre fue encarcelada y acusada de secuestrar agentes federales cuando la comunidad se oponía al desplazamiento de comerciantes del Centro Ceremonial Hñahñú De Santiago Mexquititlán por parte del municipio, quien pretendía imponer un proyecto turístico. Estela Hernández se involucró a fondo en la defensa legal y, además de lograr la liberación de su madre y de otras dos mujeres otomíes, obligó al Estado Mexicano ofreciera una disculpa pública.
Fue durante esa ceremonia, llevada a cabo en febrero de 2017 –11 años después de los hechos– y en la cual la Procuraduría General de la República ofreció una disculpa a las mujeres encarceladas, que Estela Hernández pronunció un par de frases que volvieron aún más célebre cuando llegó su turno de tomar la tribuna: “Hasta que la dignidad se haga costumbre”.
“Este caso nos cambió la forma de ver la vida. Hoy sabemos que no es necesario cometer un delito para ser desaparecido, perseguido o estar en la cárcel. Por los que seguimos en pie de lucha por la justicia, la libertad, la democracia y la soberanía de México, para nuestra patria, por la vida, para la humanidad, quedamos de ustedes, por siempre y para siempre, la familia Jacinta, hasta que la dignidad se haga costumbre (…). Hoy queda comprobado que ser pobre, mujer e indígena no es una vergüenza. Hoy nos chingamos al Estado: la ignorancia, el miedo no pueden estar encima de nosotros”.




