La anomalía del aguacate michoacano: la violencia no daña el negocio
Un informe de la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional destaca que la industria emblema de México creció a la par que la violencia y el daño al medio ambiente, con complicidades de los gobiernos y criminales.
La violencia y el negocio no están peleados en el caso de la industria del aguacate en Michoacán. A medida que crecen los homicidios, la exportación y cultivo de esta fruta se han extendido en los últimos años, lo cual no sería posible sin la complicidad entre gobiernos y organizaciones criminales, según el informe “Violento y vibrante. El boom del aguacate y el crimen organizado de México”.
El estudio de la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional, organización independiente de la sociedad civil con sede en Ginebra, Suiza, se centra en el estado de Michoacán, el productor número uno de este alimento a nivel global, donde la violencia ha crecido a la par que las exportaciones a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE), los dos principales mercados del aguacate michoacano en el mundo.
El documento a cargo de Romain Le Cour Grandmaison, investigador senior de la organización, y Paul Frissard Martinez, consultor independiente y analista, explica que entre 1994, primer año de firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, hoy TMEC), y 2021 la producción de aguacate aumentó 213% y su valor creció 7,071% en un mercado que ya incluía a la UE desde 2000, cuando se celebró el primer Acuerdo Económico UE-México.
La bonanza de esta industria emblema de México no vino sola. Entre 2005 y 2015, los homicidios fluctuaron entre una tasa de 17 a 24 por cada 100 mil habitantes anualmente en Michoacán. Luego, entre 2016 y 2021, cuando el valor de la producción de aguacates se disparó, los homicidios lo hicieron a la par: alcanzando 54 homicidios por cada 100 mil personas.

Los expertos explican que Michoacán –históricamente un centro atractivo para los narcotraficantes por su posición geográfica para recibir precursores y drogas desde el extranjero– se vio impactado por el TLCAN, cuando el gobierno mexicano retiró los apoyos que había mantenido a los productores y quedaron a expensas de grupos que habían acumulado riqueza por décadas con el tráfico de drogas, como los hermanos Valencia, ávidos de lavar dinero y crecer su riqueza con las oportunidades que les brindaba el libre mercado y su asociación histórica con los grupos políticos.
Las víctimas no solo fueron productores olvidados, sino empresarios aguacateros consolidados que en los próximos años también fueron blancos de extorsión y asesinatos, resalta el documento.
Un ejemplo de esta crisis llegó con la Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, y el surgimiento de los grupos de autodefensas, muchos de ellas auspiciados y financiados por empresarios locales. Una guerra que desde la pasada década sumó más víctimas a las miles de personas asesinadas en el estado.
Las consecuencias no quedan en el terreno de los homicidios. También fueron ambientales, el estudio resalta que el boom del aguacate mexicano contribuyó al mayor uso de tierras dedicadas a su producción, “lo que resultó en la deforestación y la posterior degradación del suelo, el agua y la biodiversidad”.
Basados en datos de la Comisión Nacional Forestal de México (Conafor), los expertos destacan que entre 2001 y 2018, la deforestación bruta se produjo en Michoacán en 269 mil 676 hectáreas, un promedio de 14 mil 982 por año, de las cuales 70.69% se transformaron en pastizales y 28.16% en tierras de cultivo.

“Además, fuentes oficiales afirman que el 80% de los huertos de aguacate en Michoacán se establecieron ilegalmente, inicialmente mediante un uso no autorizado de la tierra que luego se convirtió en parcelaciones legales gracias a la corrupción de las autoridades públicas. La sustitución de bosques por huertas también se asocia con una reducción de especies de fauna, mientras que estudios encontraron rastros de pesticidas químicos en el acuífero, lo que resulta en agua contaminada para consumo humano y enfermedades de salud asociadas”. apunta el texto.
El informe también alcanza a las prácticas comerciales de los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos, a las que acusa de no hacer lo suficiente para garantizar un comercio libre del crimen organizado ni depredador con el medio ambiente.