Clara Brugada presentó el Bando 1 : un ambicioso plan contra la gentrificación. Pero vecinos y colectivos exigen acciones concretas ya.
Inti Muñoz Santini llega tarde a la sala de reuniones. Es 16 de julio, siete y media de la noche: el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de la Ciudad de México, que absorbió al Instituto de Vivienda, se disculpa por la hora y media de retraso.
–Quiero que tengan claro que conocemos la problemática –dice todavía agitado por la prisa–. Este gobierno entiende el fenómeno de la gentrificación, lo reconoce, lo ha estudiado y está dispuesto a combatirlo. Enfrentaremos resistencias y debate público pero queremos librar esa batalla. Sin embargo, hay que decirlo: en estas pocas horas lo que más hemos recibido es apoyo. Eso nos da una idea de la dimensión del problema.
Han sido días convulsos. Hace dos semanas una manifestación contra la gentrificación en la colonia Condesa escandalizó a muchos por su agresividad: insultos a los turistas, petardos en un Starbucks, punks empujando a influencers. Fue apenas una válvula de escape que dejó ver la presión acumulada durante años ante el cada vez más difícil panorama habitacional.
Esta mañana, Inti Muñoz Santini acompañó a la jefa de gobierno Clara Brugada a la presentación oficial de su estrategia contra la gentrificación: Primer Bando de Gobierno “Por una ciudad habitable y asequible”. Se trata de un ambicioso plan de 14 acciones y políticas públicas para intentar poner un freno a la crisis: desde un índice de precios de renta hasta una defensoría pública de derechos inquilinarios, regulación a plataformas de hospedaje de corta estancia –Airbnb y similares–, la promesa de combatir la especulación inmobiliaria y hacer efectivas las leyes para frenar el aumento del alquiler.
Esta noche, horas después del anuncio, Inti Muñoz intenta convencer a unas 130 personas dominadas por la incredulidad y el cansancio. Son vecinas y vecinos que están en riesgo o ya fueron desalojados de manera forzada de la colonia Roma –sobre todo–, de la Obrera, de la Buenos Aires, del Centro Histórico, de la San Rafael, de la Juárez, todas en la alcaldía Cuauhtémoc.

Meme: @gentrificacionentuidioma
Ahí está doña Albina, mujer mazahua que junto a su comunidad ha resistido cuatro intentos violentos de desalojo en la colonia Juárez. También está presente Marlene, desalojada cuando la Fiscalía Ambiental facilitó un fraude inmobiliario en la Obrera. Y Judith, a quien un grupo de golpeadores la mandó al hospital en uno de los muchos desalojos que han sufrido las familias del número 261 de la calle Puebla. Y Olga, de la Álamos, enferma de cáncer y a quien despojaron de su propiedad mediante un fraude.
Yo mismo fui desalojado en 2019 por un banco que, en alianza con varias empresas, decidió convertir un edificio de vivienda a un costado de la Alameda Central –el Edificio Trevi– en un hotel para nómadas digitales. Tras el desalojo de todos los vecinos, el nuevo Hotel Alameda fue anunciado como un proyecto de renovación con apoyo gubernamental.
Quizás por eso las buenas noticias que anunció esta mañana la jefa de Gobierno y el optimismo del secretario de Vivienda –”se trata no sólo hacer que las rentas dejen de subir, sino que empiecen a bajar”– enfrentan un muro de suspicacia:
“Todos sabemos que aquí, en el INVI, nos pierden los documentos”, dice una vecina que lleva años gestionando una vivienda. “El gobierno, aunque quiera ser nuestro aliado, tiene al gran capital detrás”, dice otro. “El edificio donde vivíamos ya hasta lo demolieron: el INVI nos perdió la carpeta”. “Compañeros: entendamos que lo que acaba de anunciar es una herramienta que debemos usar y hacer valer: no es una varita mágica…”. “En la Juárez nos quieren aumentar la renta de 6 mil a 18 mil pesos”. “Llevamos años en esto: todo es vueltas y vueltas y vueltas y vueltas. Han muerto compañeras antes de conseguir su vivienda”. “Mucha gente no entiende la forma en que te impacta un desalojo: te resetean la vida”.
Afuera llueve, truena. Otra vez la ciudad se inunda.
Una esperanza para una generación nómada
Bianca López es parte de Comuna Hogar, una de las células de jóvenes que participan en la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), otra de las tantas organizaciones formadas tras el terremoto de 1985 para defender la vivienda popular. Comuna Hogar es una de las organizaciones que impulsó el Programa Piloto “Vivienda Social en Renta para Jóvenes de la Ciudad de México 2024”: un edificio que comenzó a construirse hace 10 meses en la colonia Doctores y que será rentado a 158 jóvenes de entre 18 y 35 años.
«Claro que el anuncio es una respuesta a las protestas. Pero no son estrategias hechas al vapor. Eso me da esperanza. nuestro papel como ciudadanía es vigilar que se cumpla»
–Yo hoy todavía rento un cuarto en la alcaldía Cuauhtémoc –dice–. No tengo una propiedad y tampoco mi familia. Siempre hemos rentado. No he podido echar raíces en un lugar porque las personas que rentamos somos como nómadas: te mueves todo el tiempo de un lado a otro, dependiendo de la ubicación de tu escuela o de dónde encuentres trabajo, cuánto puedes pagar o si el casero ya te subió la renta o te quiere correr.

A Bianca le generan esperanza las medidas contra la gentrificación anunciadas por Clara Brugada. Le emociona, particularmente, ser parte del proceso que llevó a establecer una política de vivienda para jóvenes y le resulta un alivio escuchar que se enuncie una estrategia para establecer un tope al aumento de rentas conforme a la inflación e incluso castigar a los caseros que corran a su inquilino para rentar más alto al siguiente. También que exista una ley de rentas justas que pueda trascender este sexenio y heredarse a las próximas generaciones.
Pero le preocupa lo que viene: un anuncio de este calibre no debe tener muy contentos a los dueños de las empresas inmobiliarias, a los fondos internacionales, a los operadores locales de Airbnb. Seguro ya están preparando un contraataque. Bianca afirma que los vecinos deberían involucrarse más: no sólo defender estas políticas públicas, sino presionar y acompañar el proceso hasta que se apliquen debidamente.
–Claro que este anuncio es una respuesta a las protestas –dice–. Pero no son propuestas hechas al vapor. Eso me genera esperanza. El tema de la vivienda en renta para jóvenes es algo que hemos trabajado por muchos años y está en la mesa, por ejemplo. Creo que nuestro papel como ciudadanía es vigilar que esto se cumpla. Tenemos que cuidar nuestros territorios.
Dos detenidos, muchas reservas
La presentación del Bando 1 en el Museo de la Ciudad de México por parte de Clara Brugada, Inti Muñoz y Alejandro Encinas (hoy titular de la Secretaría de Planeación y Ordenamiento Territorial y de Metrópolis) ocurrió a las 11 de la mañana. Vallas policiacas bloquearon los accesos a varias cuadras a la redonda, lo cual impidió que colectivos organizados contra la gentrificación celebraran un mitin frente al inmueble.
Uno de las organizaciones fue el Frente por la Vivienda Joven: un colectivo que recién se conformó tras la pasada protesta del 4 de julio en el Parque España. Ante la posibilidad de entrar al recinto y protestar frente a las autoridades intentaron expresar sus demandas megáfono en mano:
“Queremos cooperativas de vivienda, queremos sistemas de alquiler público, pero no como lo plantean allá arriba. Hay corrupción: esas viviendas que se están planeando se las quedan ellos mismos. Están generando clientelismo: si no se resuelve ese problema, nada va a cambiar”.
Horas después, este colectivo denunció el arresto de dos de sus integrantes –presuntamente por “beber en vía pública”–, quienes fueron esposados y llevados a la segunda agencia del Ministerio Público en la alcaldía Cuauhtémoc, en donde permanecieron varias horas.

Foto: @obreracdmx
–Me parece absurdo: por un lado, Clara Brugada mencionaba que quería trabajar estas políticas con la gente; por el otro, la policía detuvo a personas que decidieron manifestarse.
Quien habla es una de las jóvenes que ha participado en las manifestaciones recientes: @Obreracdmx es su cuenta de Instagram. Prefiere que se le identifique así y no por su nombre real para evitar cualquier represalia. Hasta hace poco tiempo vivía en la colonia Obrera, pero fue desplazada definitivamente después de cinco mudanzas. Hoy dedica una parte de su vida a promover la lucha contra la gentrificación y a difundir contenido al respecto.
“De las 14 propuestas, una de la que más llamó mi atención fue la 9: coordinarse con el sector privado para la vivienda social –escribe–. Ya se ha visto anteriormente con el Bando 2 (implementado por Andrés Manuel López Obrador cuando fue jefe de Gobierno) y la Norma 26 (implementado por Marcelo Ebrard), y ambos resultaron un fracaso”.
También le preocupa que en el discurso de presentación del Bando 1 de Clara Brugada se mencionen sólo siete colonias bajo “tensión inmobiliaria”, dejando fuera a otras colonias populares del centro de la ciudad también afectadas por la gentrificación: la Doctores, la Buenos Aires, la Guerrero, la Obrera.
Esa es nuestra principal preocupación: que esto sea un anuncio mediático, una ley vacía. En el tema de las rentas, necesitamos una legislación que sí castigue a quienes no cumplan estas medidas
–Me parece positivo que hayan hecho este anuncio después de las protestas del 4 de julio: eso me hace pensar en el poder de la organización. Me parece también lamentable que sólo cuando haya vidrios rotos respondan las autoridades a demandas que se han planteado desde hace mucho tiempo por otras organizaciones.
Quien habla es @gentrificacionentuidioma, un joven que ha tenido que mudarse tres veces en los últimos años por los precios de la renta: de la colonia Escandón a la Postal y luego a la Portales. Desde su cuenta de Instagram usa el humor y los memes para visibilizar los problemas inmobiliarios y territoriales en distintas zonas de México. Como muchos, ni siquiera sueña ya la posibilidad de adquirir una vivienda en propiedad y, por eso, llama su atención que el Bando 1 de Brugada anuncie tantas medidas para intentar controlar la gentrificación a través de frenar el incremento de la renta.
Pero le preocupa que todo este plan sea en realidad un instrumento para administrar el descontento y evitar que se fortalezcan colectivos como el Frente AntiGentrificación Cdmx, del cual forma parte. Le extraña que se sigan planteando foros, diagnósticos o asambleas participativas cuando el tema se ha discutido por años y existen reportajes, tesis, estudios y un debate histórico. Le perturba la ambigüedad que rodea las promesas de “combatir la especulación inmobiliaria” sin especificar nada concreto, mientras que los últimos intentos de regular Airbnb o de limitar el aumento de rentas han quedado en letra muerta.
–Esa es nuestra principal preocupación: que esto no quede como un anuncio mediático, una ley vacía. En el tema de las rentas, necesitamos una legislación que sí castigue a quienes no cumplan estas medidas. Es lamentable pero tendremos que estar acarreando a nuestro gobierno para ponerlo a chambear.
Entre la inquietud y la esperanza
Curarse en salud y decepción ante un anuncio gubernamental es uno de los primeros mecanismos de defensa que las personas adquieren al nacer en México. Más allá de partidos, afiliaciones o militancias, la decepción es lo que se ha hecho costumbre y a la mayoría le cuesta creer que algo bueno puede lograrse cuando hay negocios tan grandes de por medio.

Claudia Zamorano, urbanista, geógrafa y doctora en Ciencias Sociales tampoco sabe si sentir esperanza o inquietud. Desde hace años, Zamorano estudia la relación entre la gentrificación y las políticas de vigilancia del Estado implementadas en la metrópoli, entre otras cuestiones. Una noche antes del anuncio del Bando 1 por parte de Clara Brugada, coordinaba una serie de conversatorios entre distintas organizaciones para tejer una red contra la gentrificación: vecinos y activistas se reunieron en las inmediaciones de Ciudad Universitaria para conocer herramientas de mapeo, de comunicación digital, revisar conceptos teóricos e iniciativas de ley.
“Aunque el Bando 1 y sus 14 puntos siguen dejando cabos sueltos –escribe–, sí cubre de manera interesante la problemática del alquiler, del arraigo y el fortalecimiento de las políticas de vivienda pública (renta, mejoramiento y nueva). También observa mecanismos de regulación de los alquileres de corta estancia y la especulación inmobiliaria”.
A Zamorano le parece que la ambición de la propuesta reside en la manera en que aborda, en al menos cinco puntos, los problemas de los inquilinos desde distintos frentes. Le parece positiva la propuesta de crear una Defensoría de derechos de arrendadores y arrendatarios, una demanda antigua que incluso ya tiene antecedentes como la Clínica de Vivienda María Luisa Marín que se formó hace unos años en la Ibero con asesoría de la Coalición Internacional por el Hábitat.
las experiencias con las regulaciones en este país me recuerdanlas peleas de lucha libre: los técnicos aplican una llave y los rudos su contrallave… y las contrallaves son cada vez más ingeniosas, cada vez más difícil de desarticular.
“Sin embargo no creo haber escuchado algo sobre una nueva Ley Inquilinaria, que está en discusión desde hace muchos años (…). La propuesta me parece tan ambiciosa como inacabada: como la misma Clara Brugada anunció en su discurso. Academia y ciudadanía deben seguir al pendiente de cómo se desarrolla y aterriza cada uno de estos puntos”.
La gentrificación ha avanzado con prisa, el éxito del Bando 1 de Brugada dependerá de que realmente se implemente de manera precisa en un corto plazo. Y lo que más le inquieta a Zamorano son los antecedentes. Por regla general, cuando se intenta crear una ley para regular al sector privado éste ya tiene preparado un antídoto: una estrategia para evadir la ley o incluso aprovecharla. “Me recuerda las peleas de lucha libre: los técnicos aplican una llave y los rudos su contrallave, y la contrallave es cada vez más ingeniosa y difícil de desarticular”.
Por supuesto, las reacciones no tardaron. Ya el diputado del PAN, Diego Garrido, afirmó que el plan de Brugada contra la gentrificación es un “Frankenstein populista”. Mauricio Tabe, alcalde panista de la Miguel Hidalgo, expresó su preocupación de que “el tema de la regulación de los precios de renta tenga un impacto negativo en el mercado inmobiliario”. El diputado de Movimiento Ciudadano en la capital, Royfid Torres, declaró que la propuesta se quedaba corta y aprovechó para recordar el acuerdo firmado por el gobierno de la capital y Airbnb durante el sexenio pasado: “El gobierno anterior acrecentó el problema, desincentivó la construcción de vivienda y abrió la puerta sin regulación a las plataformas de vivienda temporal”.
El Bando 1 es el primer paso de Clara Brugada para combatir la gentrificación en la capital. No sólo conoce el problema: fue su promesa de combatir la especulación con la vivienda lo que la llevó a la jefatura de gobierno. Formada como economista, Brugada creció al cobijo de la UPREZ y del Movimiento Urbano Popular (MUP): dos organizaciones clave en la defensa de la vivienda capitalina. Además, desde su campaña para jefa de gobierno estableció alianzas con consultoras y organizaciones locales e internacionales clave para intentar esbozar una solución a la crisis de vivienda. Su secretario de vivienda, Inti Muñoz Santini, creció desde pequeño rodeado del movimiento de las costureras damnificadas de 1985. Se supone que ambos son expertos en el tema.
Si esto fuera una pelea de lucha libre, como ironiza la doctora Zambrano, las y los habitantes de buena parte de la ciudad estarían ya en la lona o habría tirado la toalla. En los siguientes meses, el gobierno de la ciudad deberá demostrar no sólo sus buenas intenciones, sino su capacidad para concretar una defensa efectiva de la vivienda, el suelo y el arraigo capitalino. Este apenas es el primer round.