14 mexicanos están presos en Alcatraz de los Caimanes, EU
La presidenta Claudia Sheinbaum pidió la libertad para los 14 connacionales presos en Alcatraz de los Caimanes.
Carlos y Alejandro González, son solo dos de los 14 mexicanos que permanecen en la mega cárcel Alcatraz de los Caimanes, la nueva apuesta del gobierno de Donald Trump para retener en pésimas condiciones a migrantes en Estados Unidos.
La prisión, ubicada en el estado de Florida, ha sido publicitada por el gobierno de EU como un centro de detención migratorio rodeado por cocodrilos y reptiles. De hecho, el Departamento de Seguridad Nacional publicó el mes pasado una fotografía generada con Inteligencia Artificial que muestra a cocodrilos con cachuchas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Los residentes estadunidenses posan de forma burlona en un letrero con el nombre de la prisión y el presidente Donald Trump, en una visita en junio pasado, afirmó que “vamos a enseñarles a los migrantes cómo huir de un caimán si se escapan”.
Ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió al caso y señaló que las instancias consulares ya están trabajando en la liberación de las 14 personas: “Se están haciendo todas las gestiones para que sean repatriados de inmediato”, dijo la mandataria en su habitual conferencia matutina.
El 21 de julio, el cónsul de México en Orlando, Juan Sabines, se reunió con el padre de Carlos y Alejandro, el señor Carlos Martín González, cuyos hijos fueron detenidos el 7 de julio por una infracción de tránsito.
Ese día, Carlos se encontraba de vacaciones en Orlando y su visa como turista vencía hasta el mes de agosto, mientras que su hermano Alejandro está casado con una mujer que reside en EU. Detenidos porque una luz trasera no servía, fueron llevados inicialmente a la Cárcel del Condado de Orange, posteriormente fueron entregados al ICE e internados en Alcatraz de los Caimanes.
A poco más de un mes de haber sido abierta, Alcatraz de los Caimanes concentra a cerca de mil presos de distintas nacionalidades, quienes han descrito la cárcel como una “jaula para perros”, en la que los tratos degradantes, la alimentación insuficiente y las enfermedades son usuales.
