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El doble asesinato del Guardián de las Monarcas
El Guardián de las Monarcas. Cortesía: Netflix

El doble asesinato del Guardián de las Monarcas

Hace unas semanas fue estrenado el documental de de Netflix, El Guardián de las Monarcas, sobre la vida de Homero Gómez, su lucha para proteger el santuario de las mariposas monarca en Michoacán, su asesinato y las omisiones en la investigación que garantizaron la impunidad en el caso.

Hablamos con la autora de la investigación periodística que le da sustento y con el hijo de Homero Gómez para saber qué ha cambiado en Ocampo, Michoacán, después del estreno y las denuncias en torno al caso.


A Homero Gómez, el guardián de las mariposas monarcas, lo mataron dos veces. Al ingeniero agrónomo y defensor del ejido “El Rosario” primero lo desaparecieron durante dos semanas. Era un hombre incómodo que sabía cómo evidenciar la pantomima de los políticos locales, al mismo tiempo que mantenía a raya a los talamontes y otros grupos armados de Michoacán que asediaban los terrenos protegidos de la Reserva de la Biósfera Santuario de la Mariposa Monarca. 

Su cuerpo apareció en un pozo agrícola el 30 de enero de 2020. Tenía un golpe contundente en la cabeza que muy probablemente le arrebató la vida. 

Entonces comenzó el segundo asesinato. Las autoridades hicieron todo lo posible para que la investigación no llevara a ningún lado: una carpeta de investigación llena de cabos sueltos y cuyas conclusiones no conducen a ninguna parte. Y aunque la investigación permanece abierta, en los hechos es un archivo muerto. 

Con su homicidio, las cosas se han complicado en El Rosario, el ejido administrado por él dentro del municipio de Ocampo, que actualmente forma parte del santuario donde cada año las monarcas llegan a hacer nido.

–Para el gobierno dejamos de existir desde entonces –dice el hijo de Homero en entrevista con Fábrica de Periodismo–. Era mi papá el que hacía todas las gestiones para bajar recursos, para hacer proyectos de infraestructura. Nosotros nos organizamos para seguir con las labores de protección y cuidado, pero ya no existe un líder que nos jale a todos, que pueda y sepa negociar con las instituciones. No hay nada para la mariposa monarca. Ahorita estamos batallando incluso para poder hacer la reforestación porque ni para eso quieren ayudar.

Escena de El Guardián de las Monarcas. Cortesía: Netflix

Un hombre compungido

El hombre titubea. Hace un momento, sin que nadie se lo pidiera, salió de la habitación y regresó con los ocho gruesos tomos que conforman la carpeta de la investigación sobre el asesinato de Homero Gómez. Mira de nuevo a las cámaras, con el rostro compungido. Respira con dificultad mientras posa los dedos de su mano izquierda sobre la pila de fojas. Una capa de sudor empaña su frente.

–Ustedes lo ven como una montaña de papel, pero el trabajo realizado aquí se encuentra –dice–. Y dentro de lo que obra en la carpeta, no tenemos ningún dato concluyente, hasta este momento, de que Homero haya sido privado de la vida de una manera violenta. Únicamente se tiene la evidencia científica de que Homero falleció por una asfixia mecánica por su inmersión. Es decir: murió ahogado. 

El hombre usa una camisa de manga larga y un chaleco negro que, sobre el pecho, luce la insignia de la Fiscalía General del Estado de Michoacán bordada en hilo dorado junto a su nombre: “Mario Gerardo Pinedo Infante”. No dice nada del golpe en la cabeza, ni de otros detalles que a la familia le resultan sospechosos.

La escena forma parte de El Guardián de las Monarcas, documental dirigido por Emiliano Ruprah y producido por Eduardo Díaz Casanova. La investigación periodística corrió a cargo de la reportera Melissa del Pozo. Era ella quien estaba detrás de las cámaras entrevistando a Pineda, el hombre al frente de la Unidad Especializada de Investigación y Persecución del Homicidio.

–A mí me pareció muy reveladora la reacción de este personaje –cuenta Del Pozo en entrevista con Fábrica de Periodismo–. ¿Cómo puede alguien sostener en todo momento que el cuerpo de Homero estuvo allí, en un pozo, frente a sus narices, durante 15 días y que no fue asesinado? Ese fue el momento más indignante del documental. Nos habla de cómo funcionan las fiscalías en este país. ¿Qué están haciendo esas personas? Llenando formatos, firmando papeles, siendo burócratas. ¿En verdad no están capacitados los peritos? ¿O es que en las oficinas se empeñan en cambiar los resultados? No puedes tener a un montón de gente trabajando en una carpeta de investigación con el propósito de no llegar a ningún lado. “Hemos hecho un gran trabajo de investigación”, nos decía mientras presumía sus papeles. Pero eso no ha derivado en nada.


Otro defensor asesinado

Homero Gómez González desapareció el 13 de enero de 2020. Diecisiete días después su cuerpo fue encontrado sin vida en un pozo en la comunidad de Ocampo. Tenía 50 años y, antes de convertirse en uno de los más visibles defensores de los santuarios de la mariposa monarca en Michoacán y dirigir la reserva dentro de su ejido en El Rosario, fue leñador y su misma familia había incursionado durante generaciones en la industria maderera. 

Fue él quien convenció a decenas de campesinos de cambiar la forma de vida en esa región de Michoacán y dedicarse a la conservación y reforestación del bosque, generando empleos a partir del ecoturismo, para enfrentar los efectos de la tala clandestina, uno de los negocios más lucrativos de los grupos armados que se multiplican en la zona. Había sido candidato a presidente municipal, pero tuvo que desistir luego de que los criminales lo levantaran y le advirtieran que, si ganaba, se las cobrarían con su vida y la de sus familiares.

Con la noticia de su desaparición y del hallazgo de su cuerpo en 2020, las fotografías y videos de él caminando por la Reserva de Mariposas Monarca del Rosario, rodeado por el revoloteo de miles de alas, mientras explica los ciclos de migración y reproducción de las monarcas, recorrieron el mundo. Sólo en ese año se registró un total de 30 personas defensoras del territorio asesinadas en México.

–Tres días después de la muerte de Homero, encontraron el cuerpo de otro guardia arriba del santuario –cuenta Melissa del Pozo–. Eso para mí era otra línea de investigación interesante. Pero para las autoridades parece no estar relacionado. 

El Guardián de las Monarcas
El Guardián de las Monarcas. Cortesía: Netflix

Al equipo responsable de la investigación periodística que da sustento a El Guardián de las Monarcas, que incluyó a Mariana Betanzos y a Francisco Orueta, le interesaba indagar sobre la diversificación de actividades del crimen organizado, más allá del narcotráfico. En Michoacán, la explotación de los recursos naturales representa uno de los principales ingresos de los grupos criminales.

A la siembra, fabricación y tráfico de drogas, hay que sumar las ganancias que produce la devastación del bosque para la extracción de maderas preciosas, la intensa actividad minera –legal e ilegal–, los cambios de uso de suelo forestal a hortícola para sembrar aguacate de manera masiva, el control de los puertos, la extorsión. El costo de estos negocios es poblaciones enteras desplazadas, cifras de homicidios a la alza y comunidades que libran guerras de baja intensidad en medio de la sierra. 

–A mí me hubiera gustado indagar mucho más en la importancia de este lugar, por toda la riqueza que contiene, por todos los intereses que están allí involucrados –cuenta Del Pozo–. Teníamos reportes de que, además de la tala clandestina, es una zona en donde por ejemplo hay casas de seguridad y narcolaboratorios. Es una estructura criminal grande, muy sólida, que pone en riesgo permanente a la gente que habita en estos lugares y que afecta, además, al medio ambiente.

Por este contexto que el personaje de Homero Gómez, así como el del resto de ejidatarios de El Rosario, le pareció tan atractivo al equipo documental. En medio de la voracidad de quienes intentan convertir la tierra en un recurso más para ser explotado, existen quienes se aferran a otro modelo de vida: uno que busca proteger el bosque, cuidar el ecosistema, buscar alternativas.

–Es un acto de valentía y de mucha resistencia el que llevan a cabo los ejidatarios que están allí –dice Melissa–. Ellos renuncian a la tala y buscan todo el tiempo un equilibrio para que la Reserva funcione turísticamente, al mismo tiempo que intentan educar a los turistas para que no se pasen de lanza, lidian con el crimen organizado, con los talamontes, con los políticos, con los intereses de empresarios agrícolas o inmobiliarios que buscan despojarlos todo el tiempo de sus ejidos, que les quitan el agua. Controlar todo eso no es fácil. Algo que no exploramos mucho en el documental es la figura legal del ejido como un esquema comunal de tenencia de la tierra. Y me hace pensar que mucha de esta violencia está destinada a atacar esta figura como una alternativa que tienen los campesinos y los comuneros para preservar sus tierras. 


Cabos sueltos de El Guardián de las Monarcas

Una semana después del estreno de El Guardián de las Monarcas sobre la vida y muerte de Homero Gómez, la mercadóloga, maestra en Administración Pública y regidora del municipio de Zitácuaro, Karina Alvarado se presentó en un medio de comunicación local para asegurar que no había tenido nada que ver en la muerte de Homero Gómez. El documental de Netflix la señala como una de las últimas personas que vio con vida el ambientalista y la única que no aceptó las solicitudes de entrevista que se le hicieron llegar.

En mitad de la transmisión, la mujer rompe en llanto debido a los comentarios que ha recibido en redes sociales.

–¿Por qué no participé en el documental de Netflix? Porque no me buscaron de la manera correcta, me escribieron por Instagram, luego por WhatsApp, no me explicaron… Pero Homero era mi amigo.

–A Karina Alvarado la buscamos por todas las vías oficiales y ella rehúso darnos entrevista –comenta Del Pozo–. Nos interesaba muchísimo que todos los involucrados pudieran dar su versión.

Lo ocurrido con Karina Alvarado representa uno de los cabos sueltos no sólo de El Guardián de las Monarcas, sino de la misma investigación de las autoridades. De acuerdo a los testimonios recabados por el equipo de periodistas, Homero Gómez fue visto por última vez en una carrera de caballos, acompañado por algunos políticos locales –Elizabeth Guzmán, Octavio Ocampo y Karina Alvarado–. Después de su desaparición, su teléfono celular y su tableta electrónica aparecieron en las manos de Jorge Arroyo, supuesto asistente de Alvarado y empleado de la regiduría de Zitácuaro. 

–Es el hijo de Homero quien ubica los aparatos porque le responden una llamada. Como la carpeta está todavía abierta, no pudimos tener acceso a ella y el fiscal no accedió a brindarnos más información al respecto. Hay versiones que dicen que esos artículos sí fueron entregados a la fiscalía y hay otras versiones que dicen que no. Es importante decir que las pertenencias de cualquier persona que desaparece, y que eventualmente es asesinada, son evidencia importante, conforman un relato. Y hasta el momento no hay información sobre dónde están esos artículos. 

No sólo no existe información respecto a los objetos personales de Homero, sino que el mismo Jorge Arroyo se encuentra en calidad de desaparecido.

Imagen cortesía de Netflix.

En los días posteriores a su muerte, algunos familiares de Homero mencionaron haberlo percibido distante, preocupado. Comenzaron a sospechar que habría sido amenazado en días previos a su desaparición. Un análisis del historial de llamadas, sus mensajes y correspondencia podrían arrojar algún indicio respecto a lo ocurrido y los responsables. 

–Sí nos parece muy curioso que estos elementos de la investigación pasen inadvertidos para los ministerios públicos, para los fiscales. Nos parece que allí existe un dolo por parte de las autoridades.

Además de Karina Alvarado, Octavio Ocampo fue otro de los personajes que vio con vida por última vez a Homero Gómez. En una conferencia de prensa aseguró que, después del estreno del documental, había recibido amenazas en redes sociales y que estaba evaluando la necesidad de solicitar protección policial y de emprender acciones legales contra la productora del documental El Guardián de las Monarcas. A la fecha estas amenazas han quedado sólo en palabras. 

–Nos parecen naturales este tipo de reacciones –comenta Del Pozo–. Más si consideramos que estamos en época electoral y que ellos buscan, a toda costa, limpiar su nombre de toda sospecha.

En el noroeste de Michoacán, sin embargo, el aire sigue caliente. A finales de  noviembre del año pasado, fue asesinado el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Ocampo, el mismo municipio donde se ubica el Santuario de la Mariposa Monarca que resguardaba Homero Gómez. El hermano de Homero, Amado Gómez, fue elegido presidente municipal de Ocampo en 2021; desde 2022, luego de que recibiera amenazas, le fue proporcionado un vehículo blindado y una escolta. 

–Mi lectura de todo esto –concluye Del Pozo–, es que la extracción de recursos, los talamontes y los grupos armados están en control absoluto del lugar. Y que el contexto electoral es particularmente delicado: es cuandogrupos criminales deben reorganizarse, negociar con la nueva clase política cosas tan básicas como los accesos, el control de las zonas, las alianzas. 


Un remanso de calma

Aunque la carpeta de investigación sobre el asesinato de Homero Gómez sigue abierta –y por lo tanto, reservada–, no existen noticias sobre nuevas indagatorias, hallazgos o declaraciones a pesar de que el actual gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, dijo que era necesario que la Fiscalía abriera de nuevo la investigación pues “a nadie tiene satisfecho el resultado de la indagatoria”.

–Todo eso fueron solo palabras para su rueda de prensa –cuenta vía telefónica Homero, el hijo del ambientalista asesinado–. La investigación nunca se cerró formalmente pero sí detuvieron todas las indagatorias. Nosotros como familia ya no hemos tenido ningún tipo de avance prácticamente desde junio de 2020. El documental sólo los puso en evidencia pero en  realidad nadie se ha acercado con nosotros. Están en su jornadas electorales y no quieren causar revuelo a lo mejor. 

 Por su parte, el titular de la FGE, Adrián López Solís, desestimó lo retratado en El Guardián de las Monarcas: “Respeto la visión de los creadores desde un punto de vista creativo, pero se trata de una narrativa en la que se amplifican los hechos para hacerla más atractiva”.

Imagen cortesía de Netflix.

–Nosotros, al ver que la Fiscalía no avanzaba de ninguna forma, decidimos detenernos –comenta Homero–. Mi padre era una persona muy querida y mucha gente se acercó a nosotros. Gente de Soldado Anónimo, que así se llama el paraje donde apareció mi papá, nos comentaba en confianza lo que habían visto, lo que habían escuchado. Y luego éramos nosotros quiénes andábamos preguntando, averiguando. Pero cuando se trataba de hablar con la Fiscalía, la gente ya no quería. Por puro miedo: al menos en esos momentos la fiscalía era muy corrupta, estaba infestada de gente coludida con los criminales. Eso la gente lo sabe. Por eso no querían hablar. 

Homero Gómez jr recién terminó la carrera de ingeniería civil. Dice que estuvo algunos años alejado de El Rosario, el ejido que su padre resguardaba. Ahora quiere involucrarse más y continuar el legado de su padre. Si bien el documental El Guardián de las Monarcas no ha impulsado una nueva investigación que esclarezca lo sucedido con su padre, al menos sí ha provocado que la violencia se aminore un poco en su entorno inmediato.

Durante el último mes, los talamontes han seguido operando pero a paso hormiga: un árbol a la semana, quizá, en algunos bosques aledaños. Pero al menos por hoy, con El Rosario y la mariposa monarca, en el ojo del mundo, parece que se ha establecido una tregua. 

–Puede ser también por la jornada electoral, estamos esperando a ver cómo se pone después–dice–. Pero yo sí creo que el documental tuvo algo que ver. Es muy difícil que alguien se atreva a atentar ahorita contra la zona núcleo, con todo lo que allí se exhibió. 

–¿Qué sentiste tú al ver la vida de tu padre retratada en el documental?
–Fíjate que todo lo que se exhibe en el documental eran cosas que nosotros ya sabíamos, como familia. Pero verlo así es muy distinto: es impactante. Si no nos hubiera pasado, sería difícil creerlo, ¿no? Toda la corrupción de las fiscalías, las estatales y las regionales, todo lo que hacen para que unos cuantos políticos no queden manchados. Y todo lo que no se ve, ¿no? Lo que no sale en el documental. Porque la gente con verdadero poder nunca se expone, al menos así lo veo yo. ¿Quién allá arriba está dispuesto a intervenir en las fiscalías, en manosear las investigaciones? Da miedo. 

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Por: Carlos Acuña

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