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EZLN: 30 años de avances pese a tener todo en contra

EZLN: 30 años de avances pese a tener todo en contra

Hace exactamente 30 años, un grupo de indígenas salió de las montañas de Chiapas y se levantó en armas. Acompañados de un carismático Subcomandante Marcos, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) rompió la pax priista mantenida a fuerza de opresión. Luego de 500 años de sometimiento, dijeron ¡basta!

Los zapatistas llegan a su 30 aniversario acosados por la violencia del narcotráfico, los mares de migración de la frontera con Guatemala y la pobreza que no logra sacudirse el resto de la población indígena y no indígena de Chiapas.


De entre la densa neblina que cubre las frías madrugadas de la ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, un mensaje rompió la aparente quietud de ese 1 de enero de 1994:

“Hoy decimos ¡Basta! Somos producto de 500 años de luchas… hombres pobres a los que se nos ha negado la preparación más elemental para usarnos como carne de cañón y saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin importarles que no tengamos absolutamente nada…”

Era la primera Declaración de la Selva Lacandona emitida por la comandancia general del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), formado por hombres y mujeres tzeltales, tzotziles, tojolabales, mames, zoques y choles que le declaraban la guerra al Ejército mexicano, como brazo armado del gobierno, y llamaban a los mexicanos a unirse a su lucha.

Esa madrugada, los insurgentes zapatistas vestían uniforme negro con paliacates rojos, “como símbolo de las luchas obreras y campesinas” y su rostro era cubierto con pasamontañas o paliacates. Así tomaron los ayuntamientos de San Cristóbal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo.

“Si quieren saber qué rostro hay detrás del pasamontañas es muy sencillo: tomen un espejo y véanlo… es nuestra concepción de ser una revolución no individualizada o con un caudillo, sino con la suficiente fuerza moral como para diluirse en toda la gente…”, decía entonces el sub comandante Marcos, vocero del EZLN en diversas entrevistas.

Además de la estructura militar, el movimiento zapatista contaba con bases de apoyo en las comunidades indígenas de los Altos, Norte, Altamirano y selva tojolabal y tzeltal de Chiapas, uno de las entidades con el mayor índice de pobreza y el segundo más poblado por pueblos originarios, después de Oaxaca.

Este movimiento sorprendió a todo el país y llamó la atención de la comunidad internacional. Se trataba de pueblos donde impera la pobreza y la marginación, pero dispuestos a impulsar la lucha por los derechos indígenas, la justicia social y la autonomía en sus formas de gobierno. Sus motivos y principales demandas las dirigieron al pueblo de México.

Han pasado 30 años desde el alzamiento del EZLN. Sus demandas siguen siendo las mismas: techo digno, reparto de la tierra y derechos al trabajo, a la salud, a la alimentación, a la educación, a elegir libre y democráticamente a sus autoridades, paz y justicia para los pueblos originarios.

El impacto de sus demandas y las razones de surgir como movimiento armado y civil contrastó con el “México del primer mundo” que pregonaba Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente.

Ese 1 de enero de 1994 entraba en vigor del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Pero Salinas de Gortari también había anunciado el ingreso de nuestro país a formar parte de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que sólo agrupa a las naciones reconocidas con alto grado de desarrollo; es decir, era como ingresar al club de los países ricos.

El surgimiento del EZLN estropeó los planes de Salinas de Gortari de pasar a la historia como el ‘modernizador’ del país. Demostró que el gobierno ocultaba la realidad que vivían distintos sectores de la población.

“El gobierno había montado todo como escenas de teatro… Al final, emergió la marginación de los pueblos indígenas y reveló que la pobreza, la falta de democracia y la carencia de libertad política en México seguían siendo atroces y profundas. Así es que de primer mundo no teníamos nada”, afirma el sociólogo Carlos Antonio Aguirre Rojas.

El también economista recuerda que también se cumplen tres décadas de ese tratado de libre comercio modificado, ahora, en sus siglas (TMEC), pero no en su objetivo central.

“Funciona como un mecanismo que formaliza la estructural dependencia de la economía mexicana de la norteamericana; un protocolo para que los proveamos de fuerza de trabajo barata, para que le vendamos materias primas a precios ridículos y para que ellos nos vendan maquinaria y productos terminados a precios altísimos. Es lo que se llama el intercambio desigual y la dependencia económica”, apunta Aguirre Rojas.


Impacto del zapatismo

En 1994 los zapatistas emergieron con todo en contra. En ese momento Salinas de Gortari logró que el Congreso modificara el artículo 27 constitucional, por lo que se acabó con el reparto agrario y la tierra podía ser rentada al mejor ofertante.

Buena parte de los líderes campesinos e indígenas sucumbieron ante programas sociales que el gobierno entregaba a través de Pronasol o Solidaridad, recursos que no bajaban a las poblaciones. Así que, a pesar de la pobreza y la desigualdad social, la mayoría de los movimientos sociales estaban aletargados o reprimidos. 

“El surgimiento de los zapatistas sirvió para relanzar y poner a la ofensiva a todos los movimientos en México: el obrero, el campesino, los urbanos populares, los estudiantiles… Al conocer y apoyar esta lucha indígena, lograron reactivar las causas sociales para re articularse, establecer vínculos y compartir experiencias”, precisa Aguirre Rojas, también director de la revista Contrahistorias.

En América Latina la voz del zapatismo también resonó y su lema “Nunca más un México sin nosotros” conquistó los movimientos indígenas de la región, principalmente en Guatemala, Bolivia, El Salvador, Honduras, Colombia, Perú y los mapuches de Chile.

“Esos movimientos estaban desarticulados y también en posiciones defensivas. Cuando ven que hay una lucha que en México toma las armas, reivindica su matriz y su condición indígena, pasan a tomar posiciones ofensivas hasta alcanzar, como en Bolivia, cambiar las constituciones de sus países”, explica el también historiador.

Las demandas zapatistas también tienen eco internacional. Desde que cae el Muro de Berlín, en 1989, muchos de los movimientos de izquierda del mundo “están confundidos, en crisis, sin alternativa por dónde caminar”.

Esas izquierdas consideraban que toda la lucha por el socialismo, por la libertad, por la igualdad, por todos los objetivos y todos los elementos que se habían planteado durante cien años, toda la experiencia de la Unión Soviética, de China, de Vietnam, de Cuba no habían servido para nada. La crisis era real.

“El surgimiento zapatista le devolvió la esperanza a esas izquierdas y, una vez, más las pusieron de pie para mostrar que el capitalismo no es la única opción; que la explotación, la discriminación, el despojo y la injusticia que lo caracterizan no son inevitables. Hay por dónde buscar una salida”.


La imagen muestra un mural hecha por la comunidad de Morelia, en Chiapas. Se titula Los ojos del café.
Mural titulado “Los ojos del café”, en la comunidad Morelia, Chiapas. Obra de autoría colectiva.

Estructura organizativa

En estas tres décadas, el EZLN ha creado estructuras comunitarias para resolver sus propias demandas y construir de manera paulatina una nueva forma de organización político-social-cultural.

  • En 1994 establecieronb 32 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas en cinco regiones: Altos, Norte, Altamirano, Selva Tojolabal y Selva Tzeltal, en repuesta a la represión y hostigamiento militar del gobierno federal hacia las comunidades indígenas bases de apoyo del EZLN.
  • En 1995 fundaron los Aguascalientes, sede de los mandos político-militares, con un Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) en cada uno de ellos. Además, son los lugares de intercambio de ideas entre los zapatistas y la sociedad civil nacional e internacional.
  • En 2003 desaparecen los Aguascalientes para hacer una separación entre sus órganos civiles y sus órganos político-militares. Así emergen los Caracoles zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno responsables de procurar el buen gobierno en sus municipios autónomos.
  • En 2023 desaparecen las Juntas de Buen Gobierno y los municipios autónomos para crear una estructura inversa donde cada comunidad zapatista va a ser autónoma y va a decidir sobre sus propios problemas.

“Ahora la autonomía va a venir de abajo hacia arriba. Es una estructura parecida a la anterior, pero en vez de que las iniciativas vengan de las juntas hacia abajo, van a venir de los poblados hacia los grupos locales autónomos y de allí hacia la Asamblea general”, señala Carlos Aguirre Rojas. Pero es parte de lo que este 1 de enero de 2024 explicarán los zapatistas.

EZLN: 30 años de avances

A 30 años del alzamiento zapatista hay varios aspectos de su vida cotidiana que se pueden destacar como fruto de su lucha por construir una forma distinta de hacer política y de interrelación social.

Educación. La escuela en los municipios autónomos es una propuesta educativa basadas en la sabiduría ancestral para ligarla con el pensamiento contemporáneo. No se rige por las normas del mercado que expide títulos para cambiarse por dinero. Los estudiantes no pagan por aprender y a nadie le cobran por enseñar. Cada comunidad determina los contenidos curriculares para usar el conocimiento y desarrollar la colectividad del campo, impulsar cooperativas y las tiendas comunales.

Finanzas. Las comunidades zapatistas cuentan con un Banco que presta dinero, sin cobrar intereses y sin obligar a la familia a para el adeudo.

El sociólogo Carlos Aguirre menciona que, por ejemplo, una persona pide un préstamo para llevar a su familiar a un hospital fuera y el enfermo fallece, el préstamo se anula, la familia  no paga el adeudo. Si se recupera y sana, la persona va restituyendo poco a poco el préstamo sin que le sea oneroso.

Salud. Los municipios autónomos cuentan con clínicas que dan consulta general, odontología y ginecología, cuentan con aparatos de ultrasonido y laboratorios. En Caracoles de La Realidad y Oventic hay hospitales. Pero lo que más sobresale es el trabajo de los promotores de salud que realizan campañas preventivas en las regiones zapatistas.

Inclusión de género. Desde 1994, el movimiento incluyó a la mujer en la lucha revolucionaria y social para combatir el lacerante machismo. Así conocimos a Ramona, una de las siete comandantas del EZLN visible en los Diálogos de Paz con el gobierno federal; la mayor Ana María, quien tomó el mando cuando, en 1995, Marcos era perseguido por el gobierno federal; y la comandanta Esther, portavoz de los zapatistas en la Cámara de Diputados para defender los Acuerdos de San Andrés.

Economía. Se mantiene de trabajos colectivos e individuales, con la siembra de maíz, frijol, café, plátano y hortalizas; cría de pollos, borregos, ganado y la apicultura; compra y venta de ganado, y otros tipos de productos. El incremento de la producción ha mejorado la alimentación y la salud de la población.

El sueño zapatista puede no cumplirse

A pesar de la constante lucha por construir la autonomía política, social y económica de las comunidades zapatistas, a pesar de los números encuentros con organizaciones y adherentes de varios puntos del mundo, el movimiento del EZLN hoy se encuentra con un muro gigante que le impide desarrollar a plenitud y expandir sus propuestas.

Los zapatistas llegan a su 30 aniversario acosados por la violencia del narcotráfico, los mares de migración de la frontera con Guatemala y la pobreza que no logra sacudirse el resto de la población indígena y no indígena de Chiapas.

El proceso de la autonomía zapatista se ha acompañado de un continuo hostigamiento. Se encuentran encapsulados por diferentes acciones impulsadas por los tres niveles de gobierno para desarticular este proceso.

“Han militarizado el territorio zapatista, insertado a grupos policiacos, impulsan políticas de asistencia social y proyectos productivos en las mismas zonas donde hay proyectos zapatistas con el objeto de debilitarlos y fragmentar a las comunidades; pero también protegen a paramilitares creados para hostigar a las bases de apoyo y a las autoridades autónomas”, explica en entrevista Yacotzin Bravo Espinosa, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

El mismo EZLN, acompañado por más de 80 organizaciones sociales, denunció hace dos años que Chiapas estaba al borde de la guerra civil debido a la falta de acuerdos entre el magisterio y el gobierno estatal, la proliferación de grupos de narcotraficantes, el incremento de la pobreza y los constantes ataques a las comunidades zapatistas.

“Los zapatistas han dicho que desconocen a qué ritmo avance el deterioro social. Pero se preparan para luchar durante dos o tres generaciones futuras: ‘Estamos preparando a nuestros hijos, a nuestros nietos, etcétera, para que sigamos luchando’. Pero saben también que si llegan a triunfaren México todavía quedara el resto del mundo por cambiar”, precisa Carlos Aguirre Rojas.

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Por: Carmen García Bermejo

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