25N: Mariana Lima regresó a la Facultad de Derecho
"Mi nombre significa paz, pero yo agregaría algo más: justicia. Sin justicia no hay paz", dijo su mamá, la activista Irinea Buendía.
“Soy madre de Mariana Lima Buendía, la joven de la sonrisa eterna”, dijo la activista Irinea Buendía Cortés sosteniendo un retrato de la joven en la Facultad de Derecho de la UNAM y prosiguió.
“Me siento muy emocionada de estar en este lugar, que fue su Facultad. Mi hija tenía muchos deseos de ser abogada, de ser una licenciada en Derecho”, expresó Buendía al iniciar su intervención en un evento convocado en el marco del 25 de noviembre (25N), el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La directora de la Facultad, Sonia Venegas, reconoció la labor en el activismo de Irinea Buendía y al comenzar el conversatorio pidió un aplauso para Mariana Lima, quien era pasante.
Así es como, esta mañana, Mariana Lima se hizo presente en el acto que conmemoró su vida, truncada el 29 de junio de 2010 por el ex policía judicial de Chimalhuacán, Julio César Hernández Ballinas.
El auditorio congregado en el Aula Magna Jacinto Pallares recordó a la joven de 29 años cuyo nombre lleva una sentencia emblemática que replanteó la forma en que se investigan los feminicidios en México.
Irinea deriva del nombre griego Eirēnáios, que significa “paz” o “armonía”. La señora Irinea Buendía hace referencia a este significado en su discurso, pero agrega un componente más: la justicia.
“Sin justicia no hay paz y yo busco primero la justicia”, dice la destacada activista que, con su lucha, logró una resolución de avanzada en la Suprema Corte y, recién en 2023, una sentencia de setenta años contra el feminicida de su hija, el ex comandante Vallinas.
El 29 de junio de 2010 la señora Irinea Buendía encontró el cuerpo de su hija con huellas visibles de violencia, ese el mismo día confrontó a Vallinas, quien intentó hacer pasar el crimen como un suicidio, usando pruebas inconsistentes y su influencia en la policía de Chimalhuacán.

“El silencio es el ruido de fondo de las violencias machistas. Se acabaron los minutos de silencio y se tienen que oír nuestras voces. Nosotras somos las que estamos en esa exigencia de justicia y justicia”, sentenció la defensora.
La justicia mexiquense, como en miles de casos, le dio carpetazo al asunto.
Fue la insistencia de Irinea en movilizaciones y oficinas públicas la que logró que la Suprema Corte atrajera el caso y detectara las inconsistencias del Poder Judicial del Estado de México.
Karla Quintana Osuna, en esos años encargada de la elaboración del proyecto de sentencia y ex comisionada de Búsqueda en la administración de López Obrador, señaló en el evento que, de no ser por la solicitud de atracción de la Corte, el caso se habría estancado.
“El derecho es patriarcal”, dijo Quintana en su participación para mostrar cómo Irinea Buendía se enfrentó a instancias ciegas ante la perspectiva de género que, incluso, desconocían ordenamientos internacionales como la sentencia contra el Estado mexicano en el caso Campo Algodonero, la que por primera vez menciona el término feminicidio en un ordenamiento judicial.
Para Quintana, la sentencia no es la de “un número con diagonales”, lleva el nombre de Mariana Lima a solicitud de su madre y en ella se establecen criterios de investigación de delitos contra mujeres con perspectiva de género. En 2015, ese fue el primer pronunciamiento de la Corte sobre feminicidios y un hito histórico.
La abogada especialista en género de derechos humanos, Leticia Bonifaz Alfonzo, tuvo acceso al expediente del feminicidio, papeles que “estrujan, que hacen el corazón chiquito” y dirigiéndose a los estudiantes les señaló que “desde el derecho podemos transformar realidades”, al referirse a la sentencia de la Corte.
“Esta sentencia es como si fuera un libro de bolsillo, para los abogados y abogadas que se están formando”, dijo Irinea Buendía a los alumnos, también relató los obstáculos y la revictimización de autoridades mexiquenses.

Pese a que Vallinas fue condenado a 70 años de prisión en 2023, tras probarse su responsabilidad en el feminicidio, la familia Lima Buendía sigue siendo violentada: a inicios de este mes la defensora denunció un ataque a balazos en una de sus propiedades, años antes los hermanos de Mariana han sido víctimas de atentados.
“Mi hija debería estar en este lugar, tenía un proyecto de vida”, siguió en su discurso la señora Irinea Buendía y al concluir hizo un llamado a terminar con la emergencia nacional que significan los feminicidios.