La familia de Alexa y Leydi, dos veces víctima del Ejército en Badiraguato
En dos sexenios, el Ejército cometió dos ejecuciones extrajudiciales contra integrantes de una familia de Badiraguato.
En 17 años, una misma familia originaria de Sinaloa ha sufrido dos agresiones letales del Ejército mexicano en el municipio de Badiraguato, Sinaloa. La más reciente, la ejecución extrajudicial de las primas Alexa Medina y Leydi Rojas, mientras que en 2008 Zenón Medina murió víctima de disparos de arma de fuego.
Las ejecuciones exhiben el carácter transexenal de la violencia desde que en 2006 el Ejército fue desplegado en las calles para hacer frente al crimen organizado, estrategia que disparó las cifras de homicidios y de violaciones a los derechos humanos, cuyos responsables son miembros de las Fuerzas Armadas.

La doble tragedia, en menos de dos décadas, es recalcada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su recomendación 201VG/2025, emitida en días recientes a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en la que se acreditó su responsabilidad en la violación a los derechos humanos de las dos niñas, de otros dos menores y dos adultos, todos lesionados a balazos.
La recomendación fue cuestionada por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), debido a la falta de un análisis profundo de las implicaciones de la militarización en el país, por omitir la construcción de una primera versión que encubrió el papel de la Sedena y por no señalar la indagatoria paralela de la Fiscalía Militar.
El 6 de mayo de 2025, el señor Saúl Rojas y su esposa Anabel González, se dirigían con su hija Leydi (de 11 años) y con sus sobrinos Alexa (7 años), Gael (12) y Silvia (14) en una camionetapick up rumbo a la escuela, tras haber pasado el puente vacacional del 5 de mayo en un rancho.
Mientras conducía sobre la carretera Badiraguato-Tameapa, Saúl fue alertado de que un grupo criminal había “trozado” el camino, es decir, habían abiertos surcos en la vía para dificultar el avance a sus adversarios, por lo que la familia prefirió regresar al rancho.
Al darse la vuelta, patrullas militares dispararon sin previo aviso contra el vehículo, dejando a Alexa y Leydi heridas fatalmente, el resto de los tripulantes también resultaron lesionados. Según los testimonios recabados por la Comisión, los militares profirieron amenazas y no brindaron ayuda inmediata, sino hasta que cayeron en cuenta de la gravedad de su actuación.

Un relato similar, en idénticas condiciones, ocurrió años atrás en la comunidad de Santiago de los Caballeros, en Badiraguato. Era la noche del 26 de marzo de 2008.
La camioneta Hummer en la que viajaban Zenón Alberto Medina López, Manuel Medina Araujo, Miguel Ángel Medina, Edgar Geovanny Araujo Alarcón, Wilfredo Madrid e Irineo Medina Díaz fue baleada por los militares y sin haber dado advertencias. Sólo Miguel y Wilfredo sobrevivieron a la agresión, mientras que dos militares también murieron alcanzados por disparos de sus propios compañeros.
La recomendación 36/2008 muestra que los soldados dispararon contra los tripulantes bajo la “justificación” de haber escuchado disparos, sin embargo, ninguna de las víctimas en la camioneta iba armada, por lo que la CNDH acreditó un uso excesivo de la fuerza.

Zenón Media era esposo de Reynalda Morales, tía de las niñas asesinadas por el Ejército, 17 años después y en la misma entidad. De hecho, Reynalda llamó la atención de los medios para rechazar la versión de que sus sobrinas habían muerto en un fuego cruzado, sino que se trató de un ataque directo.
El caso de la masacre en Santiago de los Caballeros llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cuál acordó con el gobierno mexicano una “solución amistosa” en la que el Estado reconoció su responsabilidad internacional a finales del año pasado.




