El cambio climático en el debate: mucho marketing verde, pocas ideas
Las candidatas y el candidato presidencial jugaron sus mejores cartas en el tema medioambiental e intentaron convencer de que, esta vez, sí habrá políticas verdes.
Este fue el debate del cambio climático y del desarrollo sustentable. O al menos, fue uno de los temas a los cuales se le dedicó más tiempo durante el segundo debate presidencial de ayer domingo. Las candidatas y el candidato llegaron cada cual con su costal de ideas y términos: la transición energética, la necesidad de apostar por energías limpias, los planes para mitigar los gases de efecto invernadero y para crear ciudades con ciclovías o centradas en la electro-movilidad, los peligros de las minerías a cielo abierto o hasta la minería sustentable.
Entre ataques, reproches y señalamientos, se habló mucho, pero se dijo poco respecto a la emergencia climática que, en México, ya provoca desplazamientos de comunidades enteras, sequías en buena parte del territorio, incendios cada vez más destructivos o inundaciones catastróficas. Desde 2017, los estudios indican que la mayoría de los habitantes de Latinoamérica entienden el cambio climático como un problema real. En México, el 85% de la población señala que se trata de un fenómeno provocado por la actividad humana.
Quienes participaron este domingo en el debate presidencial saben que el cambio climático es una de las preocupaciones cada vez más extendida entre los votantes. Sin embargo, entre los lugares comunes y las propuestas contradictorias, resulta difícil saber a partir de sus palabras cuán seriamente han considerado el tema.
En materia de energía
Una de las propuestas de la hidalguense Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición PRI-PAN-PRD, fue que la mitad de la energía producida en el país fuera energía renovable. Hay que dejar la “adicción” a los combustibles fósiles. En el mismo sentido, el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, planteó cerrar la refinería y la termoeléctrica de Tula, Hidalgo, por ser una de las más contaminantes y peligrosas para la salud.
Claudia Sheinbaum Pardo, de la coalición Morena-PT-PVEM, propuso mitigar la emisión de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático a nivel global.
Y aunque cada candidata intentó descalificar a sus oponentes durante el debate, en materia de cambio climático y desarrollo sustentable quedó claro que el petróleo ya no despierta tanta simpatías públicas. No obstante, nadie se refirió a políticas específicas para poner en marcha la transición hacia la producción limpia de energía ni el tiempo que le llevará al país alcanzar ese objetivo.
Xóchitl Gálvez se pronunció a favor del uso de gas natural como un combustible de transición. Sin embargo, su apuesta a futuro se centró en el hidrógeno para grandes consumos: “Tenemos que volver a las rondas para la energía limpia, se necesita para el tema petrolero y las subastas eléctricas”.
El candidato de Movimiento Ciudadano no se alejó de las energías renovables y mencionó que México es una potencia para generar energía solar y eólica: “Solo así se hará una lucha frontal contra el cambio climático. No queremos una reforma energética como la que hizo Peña Nieto donde las concesiones y los beneficios se concentraron en unas cuantas manos”.
Con Claudia Sheinbaum no hubo más sorpresas. Insistió en que continuará con la transición energética y el desarrollo de un plan nacional hídrico para lograr atender la adaptación del agua, la producción del campo y la producción industrial: “Ya tenemos un proyecto para desarrollar 22 polos de bienestar”.
Justicia ambiental es justicia social o viceversa
Otra de las coincidencias de quienes contienden por la presidencia fue la relación entre la desigualdad y el descuido al medio ambiente.
Jorge Álvarez Máynez lo resumió así: “No hay nada más verde que luchar contra la desigualdad. Tan sólo 1% de las personas más ricas de este país contamina lo mismo que el 80% de las personas más pobres”.
Por su parte, Sheinbaum Pardo destacó la importancia de vincular el desarrollo sustentable con el desarrollo económico: “No podemos hablar de medio ambiente, sino hablamos de bienestar social”, ecuación que llevará al equilibrio ecológico.
Xóchitl Gálvez aprovechó este punto para hablar de su postura ante la relación entre progreso y cuidado del medio ambiente. La candidata de la coalición “Por México al Frente” consideró que no podrán existir energías limpias si no participan las empresas, el sector privado:
“Se puede trabajar con la iniciativa privada de manera transparente y honesta”, destacó al señalar que las nuevas empresas de robótica, inteligencia artificial y telemedicina quieren energía limpia y barata, “no energía de combustibles fósiles”.
El Tren Maya
La deforestación de la selva, la contaminación de cenotes y otros cuerpos de agua durante la construcción del Tren Maya en el sureste mexicano fue un comentario recurrente durante el debate de este domingo. Al respecto, Xóchitl Gálvez fue clara en su rechazo a una de las obras más criticadas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, cuando su opositora resaltó los empleos, el desarrollo y la deuda económica que existe en esa zona del país, Gálvez reviró y se refirió directamente a la gente de la Península:
“No estoy en contra del Tren Maya, de lo que estoy en contra es que se haya construido sin una Manifestación de Impacto Ambiental”, dijo. Después le preguntó a Claudia Sheinbaum si investigará a los hijos del presidente, “cuyos amigos están vendiendo balastro a sobrecosto en el Tren Maya: es un robadero”.
En su intervención Álvarez Máynez consideró que el sureste mexicano necesitaba justicia, pero desde otro enfoque y con una protección de su biodiversidad. Es decir, con energías limpias, con la naturaleza en el centro y con ecoturismo: “Vamos a relanzar al sur de este país, y a toda las regiones, con una perspectiva sustentable que haga frente al cambio climático”, aseguró en una de sus intervenciones de este debate.
Cambio climático, el debate de los gases de efecto invernadero
La necesidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global fue otro de los temas que se abordaron durante el debate.
Claudia Sheinbaum insistió en la transición energética enfocada en mitigar el dióxido de carbono (CO2), pues México aporta el 1.8% de las emisiones de los gases que provocan el cambio climático en el mundo.
Para reforzar su punto, destacó la inversión de 20 mil millones de pesos en energías renovables que hizo durante su gobierno en la Ciudad de México, logrando reducir 2.6 toneladas de CO2:
“Todos los techos de la Central de Abasto tiene una planta solar de 19 megawatts; creamos dos plantas recicladoras de basura y una planta piloto de basura orgánica, reforestamos con 34 millones de árboles, hicimos 17 parques es incrementamos 280 km de ciclovías. Esto lo haremos a nivel nacional”, prometió Sheinbaum quien recientemente esbozó sus planes, y detalló la inversión necesaria, para transitar hacia un desarrollo de energía renovable generando las primeras dudas sobre su viabilidad.
Especialistas señalan que el 51% de los gases de efecto invernadero los provoca el actual modelo de generación de energía, basado en combustibles fósiles, combustóleo y termoeléctricas
Especialistas señalan que el 51% de los gases de efecto invernadero los provoca el actual modelo de generación de energía, basado en combustibles fósiles, combustóleo y termoeléctricas. Al respecto, Jorge Álvarez Máynez resaltó la urgencia de transitar hacia otras fuentes de energía.
“Requerimos un modelo de generación de energía basado en la energía solar y en la energía del viento (eólica)”. Hizo énfasis en invertir en la colocación de paneles solares en escuelas, hospitales y hogares, convertir a electro-movilidad el transporte público y movilidad no motorizada.
Deterioro ambiental
“¿De qué sirven grandes obras de infraestructura si no tienes agua limpia para beber? ¿De qué sirven grandes proyectos, si el aire está contaminado como el que respiran los habitantes de Monterrey y del Valle de México?”, preguntó la candidata del PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez. “Hoy los lagos de Cuitzeo y Pátzcuaro están secos, la presa de Valle de Bravo da tristeza visitarla”.
El deterioro ambiental es uno de los temas más cercanos a la gente que ha vivido un año particularmente crítico en cuanto a sequías e incendios forestales. Durante el debate, Gálvez se comprometió a crear políticas públicas de protección al medio ambiente y a garantizar el cumplimiento del Acuerdo de París sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el cambio climático.

Jorge Álvarez Máynez se refirió, con fotografías en la mano, a la devastación del Manglar Tajamar en Cancún durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Después mencionó la gigantesca fuga de petróleo crudo en Cadereyta, Nuevo León (2014) y la explosión en la Refinería de Tabasco el año pasado. Después mostró la fotografía de la reciente falla en la Refinería en Tamaulipas que afectó la calidad del aire en Tampico y Ciudad Madero.
“Necesitamos un nuevo modelo de energía sustentado en energías limpias y que son más baratas: la energía del sol y la energía del viento. No hay planeta B este es nuestro hogar común”, puntualizó.
Minas a cielo abierto y minería sustentable
Claudia Sheinbaum decidió atacar a Xóchitl Gálvez y recordó que, cuando Xóchitl Gálvez era titular de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, durante el gobierno de Vicente Fox, se autorizaron 10 minas a cielo abierto en territorios indígenas, sin derecho consulta previa. “Fuiste cómplice”, le dijo.
Desde hace tiempo, el concepto de “minería sustentable” ha sido cuestionado y rechazado por comunidades, activistas y académicos quienes lo consideran un engaño retórico.
El sexenio de López Obrador ha mantenido una postura ambivalente con la minería, sin embargo. Por una parte, desde el 2018, el presidente insistió en que no se otorgarían nuevas concesiones durante su mandato, las modificaciones a la Ley Minera y la Ley de Aguas, así como los intentos por prohibir la minería a cielo abierto y delegar la explotación del litio a una empresa estatal parece apuntar hacia una política restrictiva en torno a la minería. No obstante, AMLO también ha mantenido cercanía con los grandes zares del negocio minero como Germán Larrea o el recién fallecido Alberto Bailleres, y muchas de las propuestas de regulación se vuelven tímidas antes de ser aprobadas.
Por su parte, Álvarez Máynez comentó que de llegar a la presidencia crearán un Fondo Minero Sustentable: “Las empresas mineras en México se tienen que comprometer con mejores reglas salariales y laborales, pero también con mejores reglas ambientales”, precisó.
Desde hace tiempo, el concepto de “minería sustentable” ha sido cuestionado y rechazado por comunidades, activistas y académicos quienes lo consideran un engaño retórico con el cual los empresarios mineros se adaptan a los discursos medioambientales.