Crecen amenazas y ataques con ácido contra mujeres en México: van 393 sólo en 2025
La violencia y ataques con ácido en contra de mujeres ha crecido en México a pesar de los esfuerzos de organizaciones y víctimas de esta violencia extrema para que se avance en una legislación que prevenga y sancione a los agresores.
Las cifras son elocuentes: 393 personas fueron víctimas de amenazas o agresiones consumadas con ácido o sustancias corrosivas en México de enero a octubre de este año, de acuerdo con información del Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres, citada por UNAM Global TV en su más reciente reporte.
“La violencia ácida es un tipo de violencia extrema hacia la mujer. Te borran el proyecto de vida, te borran tu cara, te borran tu identidad, si es que no te borran de la vida”, destaca Malena Ríos Ortiz, estudiante de la Facultad de Música de la UNAM y sobreviviente a un ataque con ácido del que fue objeto en septiembre de 2019.
En el marco del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), UNAM Global TV elaboró un reporte sobre la lucha impulsada por víctimas como Malena Ríos para conseguir que se apruebe una legislación federal que atienda este creciente fenómeno de violencia extrema.
“Actualmente, promuevo una iniciativa de ley en contra de los ataques con ácido y sustancias corrosivas que queman el cuerpo de una mujer”.
Lo que pedimos, dice Malena en la entrevista con la plataforma de la UNAM, es que se garantice un acceso adecuado a la salud, la reparación del daño y un seguimiento médico tanto físico como psicológico, pues la salud mental también se ve afectada gravemente.
A partir del activismo de Malena Ríos, en 17 estados de la república se han realizado modificaciones en los códigos penales para que los ataques con ácido en México se hayan tipificado como feminicidio en grado de tentativa y como lesiones.
Rosalba Cruz, consejera jurídica de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, señala un punto fundamental: es indispensable “armonizar las legislaciones estatales para encontrar la mejor forma de tipificar esta violencia”.
En algunos estados, los ataques con ácido aparecen en los códigos penales como “lesiones agravadas” y en otros como “feminicidio en grado de tentativa”.
Por ello, destaca la consejera jurídica, es preciso que se discuta y se llegue a un consenso de “cómo sería la mejor forma de tipificarlo, incluso para tener datos, procesos de investigación, sanciones, estrategias de intervención integral”.
Sería importante, en su opinión, que las lesiones cometidas con ácido o con sustancias corrosivas tengan un tipo penal autónomo que comprenda las particularidades de una violencia de esta naturaleza.
“A partir de la lógica de que pueden ser lesiones o que, dependiendo del tipo de sustancia, está el riesgo de pérdida de la vida, se ha colocado dentro del catálogo de lesiones”.
Lucía Núñez, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, hace énfasis en la importancia de que las autoridades reconozcan que no es lo mismo una lesión que “borrar la identidad, que alterar el físico, la fisionomía”.
Lo que los agresores pretenden, enfatiza, es alterar el físico y fisionomía femeninas. “Tratan de minusvalorar a las mujeres al desfigurarlas; eso envía el mensaje de que nadie más puede verlas. Se les considera objeto de belleza y pareciera que, al dañar su apariencia, acaban con su vida social y civil”. También se han arrojado sustancias a órganos sexuales con la intención de inhabilitarlas, añade.
“Se quema o perjudica el cuerpo como un acto de venganza que ocurre en contextos en los que ellas deciden salir de un ambiente de violencia. Es el momento de mayor riesgo”, plantea Rosalba Cruz.
Cuando se quema el cuerpo de una mujer, insiste Malena, no se trata de un hecho aislado. “Es la culminación de violencias previas hacia las mujeres”, concluye.




