Tren Maya: cuevas llenas de concreto; siguen obras a pesar del fallo judicial
En abierto desacato a la orden judicial que ordenó la suspensión de las obras, el gobierno federal continúa a marchas aceleradas los trabajos de construcción del tramo 5 sur del Tren Maya que correrá de Playa del Carmen a Tulum, Quintana Roo, sobre el Gran Acuífero Maya de la Península de Yucatán.
“Mientras el juez no levante la suspensión de las obras y las empresas contratadas continúen trabajando, el gobierno federal está en desacato a la orden judicial. A la fecha, el juez no nos ha notificado que su orden haya sido anulada”, asegura Guillermo D’Christy, espeleólogo, consultor de aguas y fotógrafo marino radicado en Playa del Carmen, Quintana Roo.
Desde finales noviembre del año pasado, el Tribunal Colegiado de Circuito en Materias de Trabajo y Administrativa, de Yucatán, emitió un fallo y concedió “la suspensión definitiva para el efecto de que se paralicen las obras del Tren Maya en el Tramo 5 Sur, hasta en tanto se acredite ante el Juzgado Primero de Distrito en Yucatán que se han realizado los estudios geológicos, geofísicos e hidrogeológicos a que se refieren las condicionantes 9 y 10 de la autorización ambiental, dándole a conocer sus resultados”.
Sin embargo, se atravesaron las vacaciones de diciembre y Fonatur, entidad federal responsable del Tren Maya, fue notificado hasta mediados de enero de este año sobre la suspensión de las obras y las empresas constructoras recibieron la notificación hasta el 7 de febrero. Sin embargo, los trabajos de construcción del tramo 5 sur continuaron.
Los integrantes del colectivo de científicos y ambientalistas Sélvame del Tren dieron a conocer el viernes pasado la suspensión definitiva que les otorgó el juez desde noviembre del año pasado. Al ver que ni el gobierno federal, ni las empresas constructoras acataron la orden judicial decidieron trasladarse a las afueras del Palacio Nacional de la Ciudad de México, la mañana de ayer martes, para hacer la denuncia.
“El gobierno federal está en desacato por la construcción del tren y el presidente (Andrés Manuel López Obrador) se ríe de esto. Ganamos ante el Poder Judicial otra suspensión definitiva porque (Fonatur) no entregó los estudios geológicos e hidrogeológicos de la zona sobre la que construye el tramo 5 sur, los cuales se tenía que haber analizado antes de destruir la selva y no dos años después, no 10 millones de árboles después”, explica José Urbina Bravo, especialista en tiburones, buzo e integrante de Sélvame del Tren.
Este martes 5 de marzo, Guillermo D’Christy difundió a través de sus redes sociales un video que muestra de manera incontestable la destrucción de cenotes y la contaminación del Gran Acuífero Maya. Se trata de daños en el Sistema Aktun-Tuyul, Cueva Oppenheimer, conectada con la cueva de las Manitas en el Tramo 5 Sur.
Con un bloque de piedra caliza que era parte del acuífero y troncos de árboles derribados por la construcción del tren colocados frente a la puerta del Palacio Nacional, Urbina Bravo demandó a López Obrador detener la construcción del tramo 5 hasta encontrar una solución al impacto ambiental que se ha generado en el Gran Acuífero Maya por el concreto vertido en el sistema de cuevas, cenotes y ríos subterráneos.
“Esos cilindros de concreto y acero que se han hincado en las cuevas del Acuífero no estaba contemplados en ningún estudio ni proyecto. Por lo tanto, es un delito que lo tiene que parar”, advirtió Urbina Bravo.
Durante dos años, los ciudadanos organizados de Playa de Carmen han interpuesto por lo menos siete amparos y el juez se los ha concedido al reconocer que tienen la razón jurídica en sus denuncias por la destrucción de cuevas, cenotes y ríos subterráneos por donde pasará el tren, pero esas querellas se han convertido casi en trámites burocráticos en los juzgados porque, en los hechos, la construcción del tramo 5 del Tren Maya continúa.
En entrevista por separado, el espeleólogo Guillermo D’Christy, también integrante de Sélvame del Tren, explica a Fábrica de Periodismo que ganaron los pimeros amparos porque no existía la manifestación del impacto ambiental, ni los documentos que acreditaran el cambio de uso de suelo.
“Fonatur entregó en los juzgados el cambio de uso del suelo forestal 10 meses después de haber iniciado las obras a pesar de que la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable establece que no se puede hacer ningún tipo de desmonte sin los permisos establecidos”, indica.
D’Christy no logra ocultar su pesadumbre por lo que sucede en el tramo Playa del Carmen-Tulum. Junto con un grupo de científicos del mar, buzos y ambientalistas han presenciado y registrado la forma como cientos de máquinas excavadoras, trascabos, montacargas, grúas y camiones de volteo impactan las cuevas, rompen los techos, llegan al acuífero y lo contaminan al hincar los más de ocho mil cilindros de concreto y acero sobre el acuífero más importante de la Península de Yucatán.
“Como las empresas constructoras ya están con el tiempo medido para entregar antes del 29 de febrero el tramo 5 sur no les importa nada y vierten todo el cemento que necesitan, aunque esto incluya rellenar cuevas. Lo hemos denunciado en los puntos que ha sucedido, pero hay muchos otros lugares hacia Tulum donde también ha ocurrido este impacto”, apunta.
En su sentencia, el Tribunal Colegiado de Yucatán ordenó al gobierno federal entregar estudios geológicos, geofísicos e hidrogeológicos, así como bitácoras, memorias de construcción y todos los registros que tengan sobre las cavernas, cuevas y cenotes a lo largo del tramo 5 del Tren Maya. Además de las medidas de prevención y protección que se adoptaron para evitar la contaminación del agua subterránea, sumado a los registros de derrumbes o socavones que hayan ocurrido durante las obras.
A la fecha, Fonatur ha presentado sólo algunos de los estudios. Todos los amparos que se han interpuesto por la violación a las leyes federales, estatales y municipales han sido ratificados por los juzgados. “Sin embargo, los jueces aceptan las pruebas que las dependencias denunciadas les entregan después de que ya ocurrieron los delitos”, lamenta D’Christy
Desde hace dos años, cuando comenzaron las obras del tren, se debieron entregar estos estudios y no cuando la zona ha sido afectada: “El Gran Acuífero Maya es el más saludable que teníamos en México y por eso un tren no se debió haber construido aquí, debió conservarse. Ahora, con la prisa de entregar el tramo, todo se realiza de la peor manera. Se horadan las cuevas y se rellenan con cemento. El daño es irreversible”, dice el espeleólogo.
Los ciudadanos de Playa de Carmen han solicitar al juez que haga inspecciones judiciales, aunque se ha negado. También han pretendo ofrecerle las pruebas de la destrucción del Acuífero Maya con fe pública, pero la realidad los ha detenido:
“En Quintana Roo no hay un solo notario público que quiera venir a dar fe pública de lo que ocurre con las obras del tren. Sabemos que las patentes de los fedatarios las entregan los gobiernos estatales y por eso nadie quiere registrar lo que aquí sucede. El problema es que la justicia no es expedita”, concluye Guillermo D’Christy.
