Cumbre del G20 en Río: entre guerras y cambio climático países buscan frenar el hambre
Con la guerra Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel en Gaza, líderes mundiales suscriben combatir la pobreza extrema y la desigualdad
Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y la violencia contra civiles en Ucrania y Gaza, el Grupo de los 20 (G20) celebró su reunión anual en Río de Janeiro, Brasil, donde se ha acordado tomar medidas urgentes para frenar la desigualdad y los efectos del cambio climático.
El anfitrión del G20 en Río, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, acordó el lanzamiento de la Alianza Mundial Contra el Hambre, una iniciativa suscrita por 82 países que busca erradicar esta catástrofe global que tiene a 733 millones de personas en desnutrición.
La cumbre hizo posibles encuentros de todo tipo, desde la camaradería del bloque de latinoamericanos considerados de izquierda hasta un frío saludo con Javier Milei, el presidente de Argentina, fanático de Trump y representante de la extrema derecha.
El presidente Lula recibió con abrazos a Joe Biden, el mandatario saliente de Estados Unidos que el fin de semana aprobó el uso de misiles de largo alcance contra Rusia y a Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México recién llegada al poder y que lo invitó a su toma de protesta en octubre pasado.
A Milei le recibió con gesto adusto, únicamente por protocolo. Las fotos oficiales de Lula con el resto de mandatarios contrastan con la que se tomó con Milei, ambos con seriedad, rígidos y distantes.

La tensión en el recibimiento a Milei solo fue un reflejo de sus posturas en el G20: hasta anoche, Argentina era el único país en no suscribir la Alianza Mundial Contra el Hambre, una reunión a puertas cerradas bastó para que Milei se sumara al acuerdo a última hora, pero sin aceptarlo del todo.
“Si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en correr al Estado del medio”, señaló la Oficina de la Presidencia de Argentina tras suscribir parcialmente el acuerdo, separándose de los puntos de la Agenda 2030, como los impuestos a las grandes fortunas, las políticas de igualdad de género y el combate al cambio climático.
Sheinbaum critica gastos militares, pero encumbra a su Ejército
En contraste con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que tardó un año y medio en hacer su primer viaje oficial, la presidenta Claudia Shienbaum asistió a Río de Janeiro en su segundo mes de gobierno. Viajó como su antecesor, en la clase turista de un avión comercial.
Durante su intervención, Sheinbaum propuso un programa de reforestación como Sembrando Vida, que debería ser financiado con el 1% del presupuesto que las naciones destinan a la compra de armamento para sus Fuerzas Armadas.
“Significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año (12 veces lo que ya destina México) para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que reforestarían 15 millones de hectáreas (…) Resulta absurdo, sinsentido, que haya más gasto en armas que para atender la pobreza o el cambio climático”, expresó la presidenta de México.

FOTO: Gobierno de México.
Sin embargo, las voces de la sociedad civil han señalado el proceso de militarización en la vida pública de México, pues la presidenta ha sostenido al Ejército Mexicano en el papel protagónico de la operación de los megaproyectos como el Tren Maya (con impactos ambientales confirmados), los hoteles militares en el sureste mexicano, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), entre otros.
Sheinbaum sostuvo un primer encuentro con Joe Biden, con quien habló principalmente del tema migratorio y de seguridad, preocupaciones legítimas ante la llegada del segundo mandato de Donald Trump, quien ha amenazado con deportaciones masivas e intervención directa en México contra los cárteles de la droga.