Estados Unidos ataca barco procedente de Venezuela: 11 muertos
Estados Unidos destruye barco procedente de Venezuela, Trump alega que transportaba drogas. Maduro denuncia "amenaza criminal".
Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela escalaron dramáticamente este martes después de que fuerzas estadounidenses realizaran un ataque letal en el Caribe contra u barco en el Caribe, resultando en la muerte de once personas. El presidente Donald Trump afirmó que la operación tuvo como objetivo a “narcoterroristas del Tren de Aragua”, mientras que el gobierno venezolano denunció la acción como parte de una “amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal” contra su soberanía.
El ataque se produce en medio de un masivo despliegue naval estadounidense en aguas cercanas a Venezuela, que incluye ocho buques de guerra y un submarino de propulsión nuclear, así como aproximadamente 4.500 efectivos militares. Esta concentración de fuerza representa la mayor presencia militar de Estados Unidos en la región en años recientes.
La acción militar
Según informó el presidente Trump a través de su plataforma Truth Social, el ataque se produjo contra un barco que “transportaba narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos” y que era operado por el Tren de Aragua, organización designada por Washington como terrorista. “El ataque se saldó con la muerte de 11 terroristas”, escribió Trump, añadiendo que ningún miembro de las fuerzas armadas estadounidenses resultó herido.
Horas antes, en declaraciones desde el Despacho Oval, Trump había anunciado: “Literalmente destruimos un barco, un barco que transportaba drogas, mucha droga”. Afirmó que la embarcación provenía de Venezuela y que su gobierno estaba tomando medidas enérgicas contra el narcotráfico.

El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó la operación en sus redes sociales, describiéndola como un “ataque letal” en el sur del Caribe “contra un barco de drogas que había salido de Venezuela”. Precisó que estaba “siendo operado por una organización designada como narco-terrorista”.
La operación se enmarca en un despliegue militar significativo. La flota estadounidense incluye los destructores de misiles guiados USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson; el crucero de misiles guiados USS Lake Erie; el submarino de ataque de propulsión nuclear USS Newport News; y un escuadrón anfibio compuesto por el USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale.
Medios especializados como USNI News señalaron que este ataque representa un cambio en la estrategia estadounidense en la región, tradicionalmente centrada en operaciones de interdicción y arrestos en colaboración con la Guardia Costera, hacia acciones letales directas.
La respuesta de Venezuela
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, había advertido desde el lunes que su país enfrentaba la “más grande amenaza que se haya visto en América en los últimos cien años”. Tras conocerse el ataque contra el barco procedente de Venezuela, su gobierno acusó a Estados Unidos de haber creado el video de la operación con inteligencia artificial, calificándolo de “montaje”.
Maduro describió el despliegue militar estadounidense como “una amenaza extravagante” y acusó directamente al secretario Rubio de ser el “señor de la guerra” detrás de estas acciones, buscando “manchar las manos del presidente Donald Trump con sangre venezolana”.
El mandatario venezolano aseguró que su país se encuentra en “máxima preparación” para su defensa y que cuenta con 8.2 millones de personas “alistadas para defender” el territorio. “Nos toque o no nos toque, vamos a garantizar el funcionamiento del país”, declaró.
Este incidente ocurre en el marco de un deterioro sostenido de las relaciones entre ambos países. En febrero pasado, el gobierno de Trump designó al Tren de Aragua como “entidad de terroristas globales especialmente designados” y en repetidas ocasiones ha señalado al presidente Maduro y otros altos funcionarios como líderes de operaciones narcoterroristas.
El mes pasado, Washington aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, acusándolo de ser “uno de los narcotraficantes más grandes del mundo”. El canciller venezolano, Yvan Gil, tachó entonces el anuncio de “cortina de humo”.

Mientras tanto, la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines realizaba ejercicios con la Guardia Nacional de Puerto Rico durante el fin de semana, en lo que según un comunicado oficial busca “reforzar la seguridad regional” y “mejorar la capacidad de respuesta a desastres”.
Hasta el momento no se ha producido una acción armada directa entre los países, pero el ataque de este martes marca un punto de inflexión en la ya deteriorada relación bilateral, con ambas naciones en máxima alerta y preparación militar.