El esquema de ‘huachicol fiscal’ en aduanas salpica a la Marina mexicana
La detención de 14 personas, incluidos altos mandos navales, destapa una red que habría defraudado hasta por 120,000 millones de pesos al disfrazar importaciones de gasolina como aceites lubricantes para evadir impuestos.
Una red de contrabando de combustibles o huachicol, integrada por elementos de las fuerzas armadas, la Marina, funcionarios públicos y empresarios, habría defraudado con alrededor de 120 mil millones de pesos (unos 6,000 millones de dólares) a la Hacienda pública mexicana. El esquema, conocido como “huachicol fiscal”, operaba importando gasolina y diésel de contrabando pero declarándolos falsamente como “aceites lubricantes”, productos que están exentos del pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
El caso estalló el 7 de septiembre, cuando las autoridades anunciaron la detención de 14 personas en lo que constituye, por el momento, el mayor golpe a la corrupción en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum. Entre los detenidos se encuentran varios integrantes de alto rango de la Secretaría de Marina, señalados como los presuntos líderes de la operación de huachicol fiscal.
Según las investigaciones, los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, con rango de vicealmirante y contraalmirante respectivamente y sobrinos políticos del exsecretario de Marina José Rafael Ojeda Durán, utilizaron su influencia para colocar a personas de su confianza en puestos clave dentro de al menos 21 aduanas del país para facilitar las actividades relacionadas con el huachicol. Desde esas posiciones, habrían facilitado la entrada del combustible sin pagar los impuestos correspondientes.

Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro
La magnitud del fraude se hace evidente en los datos de la Agencia Nacional de Aduanas. Entre 2021 y 2022, las importaciones de aceites lubricantes se dispararon de forma ilógica y desmesurada. Mientras que en 2019 y 2020 se registraron 5,500 y 3,000 millones de litros, respectivamente, en los dos años siguientes las cifras se elevaron a 18,200 y 14,700 millones de litros. Este exceso de casi 27,000 millones de litros —equivalente a la carga de unos 2,700 barcos petroleros— no tiene sustento en la actividad económica legal y señala el volumen del contrabando.
Las cifras del huachicol
La estrategia delictiva no era desconocida para las autoridades fiscales. Documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional, filtrados por el grupo Guacamaya Leaks, indican que las operaciones de contrabando que usaban como disfraz los aceites lubricantes se remontan por lo menos a enero de 2020. Un informe interno del Servicio de Administración Tributaria (SAT) citado en esos documentos advierte: “Estos productos no están sujetos al pago de IEPS, por lo que son usados como medio de evasión; y son introducidos al país, principalmente, a través de las aduanas terrestres”.
Si bien el epicentro de la red se ubicó en la aduana de Tampico, Tamaulipas, la operación tenía una escala nacional. Los incrementos inexplicables en la importación de lubricantes se registraron en aduanas de 13 estados: Guerrero, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Tabasco, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Colima, Michoacán, Sinaloa, Coahuila y Yucatán.

Foto: Presidencia
Los puertos de Veracruz muestran un patrón particularmente claro. La aduana de Coatzacoalcos pasó de importar ocho millones de litros a 2,267 y 1,911 millones en 2021 y 2022. En Tuxpan, las importaciones se dispararon de ocho millones a 1,900 millones anuales en el mismo periodo. La aduana del puerto de Veracruz itself experimentó un salto astronómico: de 652,000 litros a 2,500 y 2,200 millones de litros.
En el norte del país, la aduana terrestre de Ciudad Reynosa —una de las más importantes para la recaudación del IEPS— pasó de 81 millones de litros a 1,885 millones en un solo año. En Baja California, la aduana de Ensenada pasó de importar cantidades marginales a 768 y 926 millones de litros en 2021 y 2022.
La logística del contrabando, de acuerdo con otro documento militar filtrado, se originaba en petroleras de Houston, Texas. “La logística, traslado y cruce se realiza principalmente por Nuevo Laredo y Tamaulipas […] que debido a las condiciones geográficas y de infraestructura de ambas, son más susceptibles al contrabando bronco”, señalaba el informe. Es decir, al contrabando clásico donde la mercancía simplemente cruza sin declarar.
Aunque el mayor volumen de importaciones fraudulentas se movió por vía marítima, el esquema también aprovechó las aduanas terrestres. Asimismo, se detectó un aumento anómalo en otro producto usado como señuelo: los “aditivos lubricantes”. Las importaciones de este rubro, tras mantenerse en cientos de millones de kilos anuales, se dispararon a casi 2,500 millones de kilos en 2023, ingresando principalmente por las garitas de Ciudad Reynosa y Matamoros, en Tamaulipas.
El caso sigue bajo investigación y expone una sofisticada red de corrupción que presuntamente habría infiltrado instituciones clave del Estado mexicano, causando un perjuicio económico de dimensiones históricas al erario público.