Llegó la amenaza Milei: promete caída de salarios y empleo en lo inmediato
Porque la política económica de shock que ha anunciado el nuevo presidente de Argentina tendrá un alto costo social: habrá caída de ingresos, de empleo, eliminación de subsidios. Estas medidas empeorarán la deteriorada calidad de vida que la población ha vivido con el gobierno saliente de Alberto Fernández
Llegó al fin la amenaza de Javier Milei. Este domingo 10 de diciembre, el economista que se define como “anarcocapitalista” tomó posesión de la Presidencia de Argentina dando la espalda a un Congreso que le es adverso y prometiendo al pueblo que lo votó que habrá sudor y lágrimas en el camino a la salida de la espiral descendente económica en que el país se encuentra.
En su discurso de toma de posesión, en la escalinata del Congreso, al estilo estadounidense, el nuevo presidente argentino abrió sin tapujos sus cartas en un país en que la inflación y la pobreza erosiona la vida de millones de argentinos.
“No hay alternativa al ajuste y al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación.”
Habrá tiempos más duros en el corto plazo, que se sumarán a la dura situación que hoy se vive: durante los cuatro años del gobierno del presidente saliente Alberto Fernández la inflación casi se triplicó -del 54% al 142%- y la pobreza creció cinco puntos, hasta superar el 40%.
Argentina, además, está endeudada con acreedores externos e internos, no hay dólares en el banco central y el valor real del peso, la moneda nacional, está por los suelos.
Ante ese panorama, Milei, que nombró a quien se considera será la voz más influyente en el nuevo gobierno –su hermana Karina, a la que llaman El jefe– como secretaria general de la Presidencia, hizo sus primeros anuncios.
“No hay vuelta atrás –dijo–. Hoy enterramos décadas de fracaso y disputas sin sentido, que lo único que han logrado es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina”.
Milei, que ha expedido su primer decreto de emergencia para reducir de 18 a nueve los ministerios, arrancó su discurso 40 años después de restaurada la democracia frente a una multitud y rodeado de líderes de la ultraderecha internacional como el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro y Santiago Abascal, el líder de la agrupación española Vox.
Anticipó que realizará un recorte del gasto equivalente al 5% del PIB y dio a entender que eliminará los subsidios al transporte público, al gas, la luz y el agua, según la crónica del diario El País.
Un hombre al que hace sólo dos años los productores de televisión convocaban a los programas políticos, pero también de chismes del espectáculo, porque generaba un imán en la audiencia, hoy ha dejado atrás las promesas y a partir de ya comienza a aplicar la doctrina de shock económico:
No hay alternativa al ajuste y al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación.
- Hoy comienza una nueva era en Argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso.
- Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros.
- No hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas de gradualismo terminaron mal, mientras que todos los programas de shock salvo el de 1959 fueron exitosos.
- No hay alternativa al ajuste y al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación.
- Habrá luz al final del camino. Es el último mal trago para empezar la reconstrucción de Argentina.
- La situación de Argentina es crítica y de emergencia. No tenemos alternativa y tampoco tenemos tiempo, no tenemos margen para discusiones estériles, nuestro país exige acción y una acción inmediata.
- Sabemos que en el corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo, habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenido en el tiempo.
- No va a ser fácil, 100 años de fracaso no se deshacen en un día. Pero un día empieza y hoy es ese día.
- Este nuevo contrato social nos propone un país distinto. Un país en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos. Un país en el que el que las hace, las paga. Un país en el que quien corta la calle violando los derechos de sus conciudadanos no recibe la asistencia de la sociedad. Puesto en otros términos: el que corta, no cobra.