Palestina y México: los países más peligrosos para la prensa
El Cártel Jalisco Nueva Generación es señalado por Reporteros Sin Fronteras como depredador de la prensa en México. 2025 fue el año más mortífero para los periodistas en los últimos tres años.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) dirigió una crítica directa al gobierno de México por su incapacidad para detener la violencia contra la prensa. En su balance anual 2025, la institución reprochó el “fracaso” en la protección a la presidenta Claudia Sheinbaum, apenas un año después de su llegada al poder y de los compromisos que, según RSF, había asumido con ellos. El señalamiento llega en el contexto más sombrío en tres años: México es el segundo país más peligroso para la prensa en el mundo y este 2025 registró nueve periodistas asesinados y se consolidó como el segundo país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, solo por detrás de la Franja de Gaza.
El informe, titulado “A esto conduce el odio, a esto conduce la impunidad”, establece que 2025 fue “el año más mortífero de los últimos tres” para la prensa mexicana. Los nueve profesionales asesinados “cubrían la actualidad local, denunciaban al crimen organizado o sus vínculos con la política y habían recibido amenazas de muerte explícitas”, detalla RSF. Entre las víctimas se encuentran José Carlos González Herrera, Kristian Zavala y Calletano de Jesús Guerrero. Este último caso es emblemático de la falla del sistema: Guerrero fue asesinado a pesar de estar bajo la protección del Estado.

Foto: Carlos Alberto Carbajal, Cuartoscuro
CJNG: un depredador peligroso para la prensa en México y el mundo
La organización identifica a un actor no estatal como el gran depredador dentro del país: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). RSF incluyó al grupo criminal en su lista anual de los mayores “depredadores de la libertad de prensa” a nivel mundial, junto a figuras como el presidente ruso Vladímir Putin y las fuerzas armadas israelíes. Según el documento, los tres periodistas mencionados fueron asesinados en zonas donde opera el CJNG, mientras cubrían temas de narcotráfico, seguridad pública o corrupción local. “El clima de impunidad permite a estos grupos silenciar las voces independientes y reforzar su control sobre la información”, afirma el reporte.

México es peligroso para la prensa nos sólo por el riesgo de ser asesinado. El país también ocupa el segundo puesto mundial en desapariciones de profesionales de los medios, con 28 casos, solo superado por Siria (37). Además, hay registrado un periodista secuestrado: Alan García Aguilar. Estas cifras pintan un panorama de agresión multifacética y sistemática donde la impunidad, subraya RSF, es el factor común que permite su perpetuación.
El diagnóstico de RSF trasciende las fronteras mexicanas y apunta a un fenómeno de contagio regional. América Latina concentró el 24% de todos los asesinatos de periodistas en el mundo en 2025, una tendencia que la organización denomina “mexicanización” de la región. Este patrón se refleja en ataques a la prensa en contextos de protesta social, como en Ecuador, donde al menos 55 periodistas fueron agredidos desde septiembre al cubrir manifestaciones.
Un contexto global hostil

Foto: Yerania Rolón, Cuartoscuro
El balance global de RSF contabiliza 67 periodistas asesinados en todo el mundo entre el 1 de diciembre de 2024 y el 1 de diciembre de 2025. Casi la mitad de esas muertes (43%, equivalente a 29 víctimas) ocurrieron en Gaza por acciones del Ejército israelí, a quien RSF califica como “el enemigo número uno de los periodistas”. Ucrania y Sudán también aparecen como zonas de guerra particularmente letales para la profesión.
Más allá de los asesinatos, la represión adopta otras formas. A nivel global, 503 periodistas se encuentran encarcelados en 47 países. China (121), Rusia (48) y Birmania (47) son las mayores cárceles del mundo para la prensa. Rusia, además, es el país que más periodistas extranjeros tiene detenidos (26, todos ucranianos). Paralelamente, 135 periodistas siguen desaparecidos y 20 están secuestrados, principalmente en Yemen, Siria y Malí.
La conclusión del director general de RSF, Thibaut Bruttin, es contundente. En el prólogo del informe, advierte que el descrédito y el odio hacia los periodistas se convierten en “un insoportable permiso para matar”. Bruttin rechaza los clichés que rodean a las víctimas: “Cuidado con los clichés sobre los reporteros: no dan la vida por el periodismo, se la arrebatan; los periodistas no mueren, los matan”.




