Otra vez, denuncian trato discriminatorio en el Museo Nacional de Arte
Apenas la semana pasada un artista no binarie denunció hostigamiento y trato discriminatorio por parte del personal de seguridad del Museo Nacional de Arte. Esta vez, un académico relata una experiencia similar hacia un grupo de estudiantes.
El Museo Nacional de Arte (Munal) ha sido denunciado –otra vez– por prácticas de discriminación y trato abusivo por parte de su personal de seguridad. En una carta abierta dirigida a Mireida Velázquez, directora del museo, Eduardo Bandala, profesor de la Universidad de la Comunicación, relató varios incidentes ocurridos el pasado 4 de junio, cuando acudió con un grupo de diez estudiantes para visitar las exposiciones como parte de un proyecto académico.
Según el relato de Bandala, compartido públicamente el sábado pasado, los guardias del Munal —dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL)— hostigaron en múltiples ocasiones a los jóvenes estudiantes e insistió en actos de discriminación. A pesar de haber pagado la cuota para toma de fotografías, por ejemplo, uno de los estudiantes fue abordado por un vigilante, quien le arrebató el teléfono y lo obligó a borrar un video que, supuestamente, estaba grabando sin permiso. Minutos después, cinco guardias acorralaron a una alumna sin motivo aparente, retirándose solo cuando el profesor intervino.
“Resulta preocupante que los guardias actúen de forma arbitraria, apliquen criterios discriminatorios y generen un ambiente intimidatorio incompatible con la misión educativa del Munal”
Más adelante, cuando dos estudiantes que interactuaban con una instalación artística fueron expulsadas de la sala bajo el argumento de que estaba prohibido tocarla, a pesar de que otros visitantes —presumiblemente extranjeros, según el académico— realizaron las mismas acciones sin consecuencias. Tres alumnas fueron seguidas y hostigadas por su vestimenta en la exposición Bajo el signo de Saturno, mientras que otros asistentes, cuya apariencia se ajustaba “a los cánones estéticos del personal”, no fueron amonestados.
Discriminación en el Munal: un patrón recurrente
Bandala señaló que, al buscar el Libro de Quejas del museo descubrió que otros visitantes habían registrado experiencias similares. “Resulta preocupante que los guardias actúen de forma arbitraria, apliquen criterios discriminatorios y generen un ambiente intimidatorio incompatible con la misión educativa del Munal”, escribió.
Aunque una empleada, identificada como Nora Otero Valle, intentó mediar durante el incidente, el académico subrayó la “desconexión alarmante” entre los objetivos culturales de la institución y las acciones de su equipo de seguridad.

La denuncia de Bandala hacia el MUNAL no es aislada. Además de lo consignado en el Libro de Quejas, apenas la semana pasada le artiste y performer no binarie Lechedevirgen Trimegisto hizo público una situación similar: durante una visita el pasado 15 de junio, el personal del Munal le negó acceso a los baños, le prohibió tomar fotografías –a pesar de permitírselo a otros visitantes– y la sometió a un constante hostigamiento que bien podría interpretarse como discriminación a causa de su expresión de género. Esto resulta particularmente alarmante pues ocurrió durante el Mes del Orgullo LGBTQ+ y mientras una bandera arcoiris ondeaba en la fachada del recinto: “El mismo curador del museo se me acercó para decirme que no podía tomar fotos, citando conocer mi trabajo. En lugar de sentirme bienvenide, me sentí vigilade y perseguide”, denunció en redes sociales.
La denuncia de Lechedevirgen confirma el patrón de discriminación denunciado por Bandala: un trato diferenciado según la apariencia y una cultura institucional que contradice la supuesta apertura del recinto. Ante la viralización de este caso, el MUNAL ofreció disculpas públicas y anunció talleres urgentes de sensibilización en diversidad sexual.
En el caso de la denuncia Bandala, la directora del Munal, Mireida Velázquez –quien asumió el cargo hace apenas cinco meses–también emitió una disculpa pública el día de ayer, lunes 24 de junio, y sólo después de que varios medios de comunicación retomaran la carta de denuncia. En ella, reconoció los hechos como “inaceptables” y aseguró que el museo ya implementa medidas para corregir estas fallas, incluyendo capacitación en derechos humanos y diversidad para el personal de vigilancia, la revisión del reglamento interno y la creación de un equipo de mediación para acompañar a los visitantes.
“Sabemos que transformar la cultura institucional requiere tiempo, pero estamos comprometidas con este cambio”, afirmó Velázquez, quien invitó a Bandala y a sus alumnos a una visita guiada de reparación.