Sube a 30 la cifra de muertos por explosión de pipa de gas en Iztapalapa
Geovana, mujer sin identificar por familiares, es la última víctima. Explosión en Iztapalapa ha dejado una estela de muertes de estudiantes y trabajadores.
A casi dos semanas de la explosión de una pipa de gas en las inmediaciones del Puente de la Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, la cifra de fallecidos ha llegado a 30, de acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
La explosión en Iztapalapa, indagada por la Fiscalía General de Justicia de la CDMX debido al presunto exceso de velocidad del conductor (también fallecido), ha dejado una estela de muertos que durante la tarde del 10 de septiembre pasado circulaban por la zona, donde una bola de fuego alcanzó vehículos.
La última víctima hasta hoy fue identificada como Geovana, de 21 años, quien falleció en el hospital de traumatología “Victorio de la Fuente Narváez”, se trata de una mujer joven que no fue reconocida por familiares ni conocidos y cuyas únicas señas particulares eran cuatro tatuajes.
Días antes perdieron la vida Ali Yael González (estudiante de bachillerato), Adolfo Franco Madrigal (mecánico que trabajaba cerca del lugar del siniestro) y Erik Vicente Romero (chofer de transporte público quien resultó herido tras regresar y apoyar a las víctimas). Así, la cifra ha ido incrementando con el paso de los días, en una tragedia que acabó con las vidas de estudiantes y trabajadores, en edades desde los 17 hasta los 57 años.

Ayer, la jefa de gobierno Clara Brugada informó que el Comité Solidario de Apoyo a las Víctimas será pospuesto hasta que la empresa Grupo Silza se responsabilice y cubra los daños a las familias de las personas fallecidas y lesionadas.
“Quiero decir categóricamente que hay responsables en esta situación y que vamos a estar garantizando que los responsables, que la empresa, cumpla con la reparación integral del daño”, señaló Brugada tras recibir críticas al anunciar la creación de dicho Comité. Además, anunció la propuesta de un protocolo para el manejo de materiales peligrosos, con el fin de evitar otra desgracia.