Tres días de protesta en Michoacán tras asesinato de Carlos Manzo
Tres días de protestas en Michoacán tras asesinato de Carlos Manzo: queman Palacio Municipal en Apatzingán y en Morelia.
La indignación por el asesinato del alcalde Carlos Manzo estalló en las calles de Michoacán con protestas que derivaron en la quema parcial del Palacio Municipal de Apatzingán y el asalto al Palacio de Gobierno en Morelia. La ola de manifestaciones se ha extendido ya por tres días consecutivos y se enmarca en una ola de violencia creciente.
Hace dos semanas fue asesinado el líder limonero de Apatzingán, Bernardo Bravo. El día de ayer fue reportado como desaparecido Alejandro Correa, exalcalde de Zinapécuaro. Mientras tanto, minas explosivas han causado la muerte de varios campesinos en Tierra Caliente y territorios indígenas autónomos como Cherán y Ostula enfrentan intimidaciones e incluso bombas lanzadas con drones.
Al día de hoy se cuentan tres días consecutivos de protestas en distintos municipios de Michoacán tras el asesinato de Carlos Manzo. En Apatzingán, un grupo de aproximadamente mil manifestantes irrumpió en el Palacio Municipal lanzando bombas molotov que consumieron parte del archivo municipal y oficinas administrativas. El incendio evocó lo ocurrido en enero de 2014, cuando durante la “guerra de autodefensas” el mismo edificio fue incendiado.

Un día antes, en Morelia, el Palacio de Gobierno se convirtió en el epicentro de las protestas. Una multitud derribó las vallas de protección y entró por la fuerza al edificio, rompiendo cristales y mobiliario. Los enfrentamientos con la policía estatal dejaron más de una decena de detenidos y el uso de gases lacrimógenos y balas de goma.
Este martes comenzó una nueva jornada de movilizaciones en Uruapan. Vecinos de San Lorenzo y estudiantes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo han tomado caminos y carreteras, además de convocar a un paro de actividades en exigencia de justicia. La noche de este lunes, cientos de habitantes marcharon y prendieron fuego a dos estaciones del Teleférico.
Carlos Manzo: el detonante de las protestas en Michoacán
Las protestas tienen su origen en el asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, ocurrido el 1 de noviembre durante el Festival de las Velas en la plaza principal de su municipio. El edil recibió siete disparos a quemarropa mientras participaba en el evento cultural, pese a contar con un esquema de protección federal.
Manzo, de 40 años, era conocido por su estilo particular -siempre portaba un sombrero- y su postura frontal contra el crimen organizado. Patrullaba las calles de Uruapan con chaleco antibalas y había solicitado en múltiples ocasiones el refuerzo de la Guardia Nacional en el municipio. Hijo de un histórico militante panista, se había hecho conocido por su postura de disparar a los delincuentes sin mediar investigaciones previas, lo cual le valió el apodo de “El Bukele Mexicano”.
Ayer lunes, la Fiscalía General de Michoacán reveló detalles cruciales sobre el crimen. Carlos Torres Piña, titular de la dependencia, informó que el presunto asesino tendría entre 17 y 19 años y fue abatido en el lugar de los hechos. Las pruebas de rodizonato en sus manos confirmaron que disparó un arma, mientras que los exámenes toxicológicos detectaron consumo de anfetaminas y marihuana.

La investigación reconstructiva mostró fallas graves en el operativo de seguridad. El agresor se había hospedado en un hotel del centro de Uruapan desde las 16 horas del sábado y, cerca de las 20 horas, se mezcló entre la multitud sin que los filtros de seguridad lo detectaran. Portaba una sudadera blanca y se acercó al alcalde sin impedimento alguno.
El arma utilizada, una pistola 9 milímetros, había sido empleada en dos homicidios anteriores, lo que según la Fiscalía confirma la participación del crimen organizado. La dependencia solicitó apoyo al Instituto Nacional Electoral para identificar al joven mediante sus huellas dactilares.
Sheinbaum responde con El Plan Michoacán
Ante la crisis y la ola de protestas por el asesinato de Carlos Manzo, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó este martes el “Plan Michoacán por la paz y la justicia”, una estrategia que se basa en tres ejes principales: seguridad y justicia, desarrollo económico con justicia, y educación y cultura para la paz.
El plan incluye el fortalecimiento de las fuerzas federales en la entidad, la creación de una Fiscalía Especializada de Investigación e Inteligencia en Delitos de Alto Impacto, además del establecimiento de oficinas de la Presidencia en distintos municipios. También contempla mesas de seguridad quincenales y un sistema de alerta para presidentes municipales.
Sheinbaum enfatizó que la estrategia “no pretende ser vertical” y buscará nutrirse de las diferentes voces de la población, incluyendo mujeres, jóvenes y pueblos originarios. A lo largo de la semana se realizarán mesas de trabajo para presentar el plan concreto en los próximos días.

Mientras tanto, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla enfrenta crecientes críticas por su manejo de la crisis. Durante los disturbios en Morelia, acusó a “gente de partidos opositores” de infiltrar las protestas, usando el refrán “a río revuelto, ganancia de pescadores”. En el funeral de Manzo en Uruapan, tuvo que salir escoltado entre gritos de “¡Fuera asesino!”.
La comunidad académica también se pronunció. Un comunicado firmado por 389 académicos exigió una investigación independiente y transparente, señalando que el asesinato de Manzo se suma a una cadena de impunidad con “cero sentenciados” en la ejecución de presidentes municipales en el país.





