Detienen al reclutador de los sicarios que mataron a Carlos Manzo
Jaciel Antonio N es señalado como el reclutador de los sicarios que asesinaron a Carlos Manzo, los reclutaba en centros de rehabilitación.
La investigación del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido durante las festividades del Día de Muertos, permitió a las autoridades federales y estatales detener a Jaciel Antonio “N”, presunto reclutador de los jóvenes que ejecutaron al edil independiente.
El ahora detenido, de 36 años y conocido como “El Pelón”, fue localizado en las inmediaciones de un hotel de Uruapan como parte del “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”, una operación coordinada entre la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina, Fiscalía General de la República, Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
La ruta de la investigación
De acuerdo a la información proporcionada por la autoridades, las pesquisas intentaron descifrar lo ocurrido desde el asesinato del alcalde hasta quienes lo planearon y, finalmente, quiénes reclutaron a los ejecutores. Los primeros eslabones fueron los mismos sicarios.
Víctor Manuel “N”, de 17 años, fue identificado como el autor material del homicidio. El adolescente fue abatido por uno de los escoltas de Manzo durante el ataque. Junto a él participaron Fernando Josué Leal Aceves y Ramiro “N”, este último encargado de enseñar al menor a usar el arma con la que asesinarían al presidente municipal.
La investigación reveló que los tres jóvenes operaban bajo las órdenes de Jorge Armando “N”, alias “El Licenciado”, detenido el 20 de noviembre y señalado como presunto autor intelectual del crimen.
Por su parte, Jaciel Antonio “N” es acusado de ser el reclutador de los sicario que asesinaron a Carlos Manzo. Se especializaba en buscar candidatos en centros de rehabilitación para adicciones. Según el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, el detenido “se encargaba de reclutar personas en centros de rehabilitación para adicciones, quienes luego se involucraban en actividades de sicariato y distribución de drogas en la región”.

El caso de Víctor Manuel Ubaldo, el sicario de 17 años, ilustra este modus operandi. La Fiscalía de Michoacán había señalado que el adolescente era adicto a la metanfetamina, y sus familiares declararon que llevaba días desaparecido cuando participó en el asesinato.
Presión y coerción sobre los reclutas
Las autoridades revelaron que los jóvenes reclutados operaban bajo un sistema de castigos. García Harfuch detalló que los tres sicarios principales habían tenido la oportunidad de asesinar a Manzo el 30 de octubre en una gasolinera, pero no lo hicieron.
“Esos tres con otros integrantes recibieron castigos por no hacerlo. Los golpean, los encierran…”, explicó el secretario de Seguridad en una entrevista radiofónica.
Esta información coincide con una carta póstuma atribuida a Ramiro “N”, otro de los participantes, donde se disculpaba con su familia y anticipaba su muerte: “seguro estaré muerto porque nos van a querer silenciar”.
La captura de Jaciel Antonio “N” representa un eslabón más en la investigación, pero no el final.
Según las pesquisas, Jorge Armando “N”, el presunto autor intelectual detenido, se refería a un “patrón” identificado como Ramón Álvarez Ayala, alias “R-1”, como el verdadero líder de la célula criminal.
En paralelo, siete escoltas del alcalde permanecen detenidos y vinculados a proceso por homicidio calificado, acusados de omisión en la protección de Manzo. Las investigaciones sugieren que existió filtración de información sobre los movimientos del edil.





