El Waldo’s de Hermosillo, Sonora, es el décimo en incendiarse desde 2007
Tras los 23 fallecidos por el incendio en Waldo's de Hermosillo, se revela que operaba sin programa de protección civil desde hace 4 años. Todas las sucursales del estado dejaron de operar.
El Waldo’s de Hermosillo, Sonora, que sufrió un incendio en el que murieron 23 personas y dejó a otras seis hospitalizadas –dos de ellas en estado crítico– no contaba con programa de protección civil avalado por las autoridades desde hace cuatro años.
Se trata del peor siniestro en la historia de esta cadena comercial que cuenta con más de 900 sucursales en México. Pero no es el único: desde 2007 se han registrado al menos una decena de incendios en otras tiendas Waldo’s en otras ciudades del país.
La tragedia ocurrió la tarde del sábado pasado, 1 de noviembre, cuando el establecimiento estaba lleno de clientes que realizaban compras por la quincena y el Día de Muertos. Adolfo Salazar Razo, secretario de Gobierno de Sonora, confirmó que aunque el programa de protección civil fue autorizado en 2019 y revalidado en 2020, en 2021 el gobierno actual rechazó el proyecto por incumplimientos. A pesar de ello, la tienda continuó operando con normalidad.

La Fiscalía estatal informó que la mayoría de las víctimas murió por inhalación de gases tóxicos, no por quemaduras, lo que confirma que quedaron atrapadas sin posibilidad de escapar. Una toma aérea reveló que la tienda tenía sólo una entrada y carecía de salidas de emergencia, lo que imposibilitó la evacuación cuando se inició el incendio.
De las 23 víctimas mortales, 21 ya fueron identificadas por sus familiares. Dos cuerpos permanecen en el Servicio Médico Forense sin identificar. Entre los hospitalizados se encuentran una mujer de 20 años y un hombre de 81 años, ambos en estado crítico. Las autoridades estatales confirmaron que el gobierno cubrirá todos los gastos médicos y funerarios de las personas afectadas.
Un patrón de incidentes
La Fiscalía de Sonora investiga si un transformador eléctrico dentro del establecimiento fue la causa del incendio. Gustavo Rómulo Salas Chávez, fiscal estatal, señaló que “la hipótesis de trabajo es que el evento fue accidental y la línea de investigación versa respecto de un transformador que se encontraba en el interior del establecimiento comercial”.
La Comisión Federal de Electricidad se desligó de la responsabilidad al precisar que el transformador “no formaba parte de su infraestructura, sino que era un equipo particular dentro del local”. La empresa Waldo’s, por su parte, emitió un comunicado lamentando la tragedia y ofreciendo colaborar con las investigaciones.
El incendio del Waldo’s de Hermosillo no es un hecho aislado. Entre 2007 y 2025 se han registrado al menos 10 incendios en sucursales de Waldo’s en distintas ciudades del país. En 2009, un bombero murió al intentar contener un incendio en una de estas tiendas ubicada en Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México.

Foto: Arturo Castro, Cuartoscuro
En varios de estos incidentes, cuerpos de rescate documentaron fallas eléctricas, bodegas sin ventilación, ausencia de rutas de emergencia y personal no capacitado. Los incendios anteriores ocurrieron en ciudades como Acapulco, Rosarito, Querétaro, Navolato, Mazatlán, Matamoros, Saltillo y Escuinapa.
Como respuesta a la tragedia, el gobierno de Sonora ordenó el cierre preventivo de las 68 sucursales de Waldo’s en el estado. Salazar Razo detalló que se realizará una revisión profunda del cumplimiento de las normas de seguridad en todos los establecimientos.
El fiscal Salas Chávez informó que la empresa fue requerida para entregar permisos y registros de operación, y que los dueños ofrecieron “asumir la responsabilidad que corresponda”, así como apoyar a las familias afectadas. Las autoridades adelantaron que en los próximos días se harán públicas las primeras conclusiones técnicas que determinarán responsabilidades administrativas, civiles y penales.
Mientras continúan los peritajes, el lugar permanece acordonado, con veladoras y altares improvisados al exterior del establecimiento calcinado, en una muestra de duelo colectivo que contrasta con las festividades del Día de Muertos que fueron suspendidas en solidaridad con las víctimas.





