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Cacerolazos en el fin del mundo
Tiempos complicados en la Argentina de Milei

Cacerolazos en el fin del mundo

Argentina en tiempos de Milei

Publicado el 24 de enero 2024

    El sonido metálico de las cacerolas lleva días y noches retumbando en las plazas de toda Argentina. Al grito de “¡Milei, basura, vos sos la dictadura!”, desde Ushuaia hasta la Quiaca la gente ha salido a expresar su descontento y rechazo al llamado “decretazo”: un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) conformado por 366 artículos que, sin haber sido aprobados por el Congreso, tienen ya efectos en el día a día de las y los argentinos. 

    Argentina vive tiempos convulsos desde que Javier Milei asumió la Presidencia. Este miércoles 24 de enero se cumplen 45 días desde que llegó al poder y, por ello, se realizará el primer paro nacional contra las medidas de shock tomadas por su gobierno.

    Esta serie de postales retratan a un país dividido, envuelto en la incertidumbre económica, una invasión de mosquitos y la represión de las protestas callejeras.


    Ushuaia: cacerolazo en el fin del mundo

    El 20 de diciembre, a las nueve de la noche, terminó la cuenta regresiva de los noticieros nacionales. Las estaciones de radio y los programas de televisión de todo el país se congelaron: Argentina entera se detuvo ante la primera transmisión en cadena nacional de Javier Milei como presidente. 

    Sentado detrás de una mesa, sin despegar la mirada del papel que leía, el nuevo mandatario dio a conocer su Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) al país. Al final de la transmisión, rodeado de un séquito de funcionarios, fijó la vista en la cámara y, con el mismo tono de voz que usó durante toda la transmisión, pidió a Dios que bendijera a los argentinos. “Que las fuerzas del cielo nos acompañen”, remató.

    No habían pasado 30 minutos desde que terminó su alocución cuando miles de personas con cacerolas en una mano y cucharas en la otra llenaron las calles de muchas ciudades del país. Era de esperarse. En un chasquido, Milei derogó cientos de leyes y eliminó una larga lista de derechos adquiridos en Argentina a través de luchas colectivas: la Ley de Alquileres, la Ley de Tierras, la Ley de Abastecimiento, La Ley de Promoción Comercial se esfumaron. 

    La respuesta fue espontánea. Muchos argentinos recordaron lo ocurrido dos décadas antes cuando el entonces presidente Fernando de la Rúa declaró en diciembre de 2001 un estado de sitio en todo el país tras el estallido social desatado por la crisis económica. En esos días los cacerolazos resonaron en las calles de Argentina como nunca.

    Desde Jujuy hasta Ushuaia: en toda la Argentina se registran cacerolazos contra Javier Milei.

    Aquellas escenas se repiten ahora, pero con villancicos: “Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad. ¡Quieren regalar la patria y por eso hay que luchar!”. Los manifestantes usan dos o tres chamarras, guantes y gorro para el frío. Estamos en Ushuaia, la segunda ciudad en el mundo más cerca de la Antártida. Incluso aquí, en la provincia de Tierra del Fuego, la gente usa los cucharones de la cocina para golpear ollas, garrafones, sartenes. Las pancartas contra Milei y las banderas de Argentina las sostienen igual los jóvenes que las abuelas, las maestras, trabajadores, vecinos, familias enteras.

    —No es fácil vivir acá. Para pasar un invierno aquí se necesita ropa especial.  No es lo mismo andar con unas zapatillas (tenis) cualquiera que andar con un calzado especial de nieve. La vida acá lleva un costo agregado —explica una maestra que sostiene un cucharón de madera y la tapa de una cazuela—. Ahora, imaginate que con este decreto nos quieren sacar el subsidio del gas. Vamos a estar en graves problemas porque nosotros usamos el gas para la calefacción durante todo el año. 

    Una de las políticas del nuevo gobierno establece que la Secretaría de Energía tiene ahora la facultad para “redeterminar la estructura de subsidios vigentes” bajo un esquema gradual. Es decir que cada mes se eliminará 33 por ciento del subsidio del gas: en abril del 2024 será la ciudadanía quien pague el costo total.

    Cacerolazos en Ushuaia
    Milei eliminó los subsidios al gas
    Cacerolazos a -21 grados
    En Ushuaia se alcanzan temperaturas de -21º
    Cacerolazo en Ushuaia
    Cualquier objeto sirve para hacer ruido
    Cacerolazos en la Argentina de Milei.

    En Ushuaia, a pesar del frío, más personas se suman a la orquesta de cacerolas y latas usadas conforme avanzan las horas. Cae una ligera llovizna y parece que el mate que se comparte en grupos de cuatro o cinco es lo único que ayuda a mantener calor en el cuerpo. “¡Y ya lo ves, y ya lo ves! ¡El que no salta, votó a Milei!” gritan los más entusiastas. Sin embargo, es casi seguro que más de alguna de las personas aquí presentes haya votado por la Libertad Avanza, el partido fundado por Javier Milei en 2021. 

    —Buena parte del pueblo trabajador votó por él pensando que les iba a dar beneficios —explica una joven mientras arremete contra su pequeño tambor–. Ese pueblo es también el que está ahora en las calles porque los beneficios no los está dando.

    —¡Para nada está trayendo beneficios! —la interrumpe una de sus compañeras—. Yo, como mamá de dos hijos, te puedo asegurar que hubo un aumento de precios increíble que no tiene relación con los salarios. Hace dos semanas un kilo de carne te estaba saliendo en 3 mil 500 pesos argentinos. ¡Ahora por ese mismo kilo estamos pagando 10 mil pesos! Este gobierno no habla de salarios, de lo único que habla es de reducir el costo fiscal. ¿A costa de qué? A costa de nosotros.


    La peor democracia vs. la mejor dictadura 

    —Mirá, en el caso de Milei, yo no lo hubiera votado para presidente de Argentina –dice Marcelo Hoese–. Pero entre el peronismo y este hombre, opté por este hombre. No es que defienda su gestión, yo defiendo la democracia.

    “Yo no soy de Milei, yo voté por Patricia Bullrich, pero perdió. Entonces, por supuesto, los votos de Patricia se fueron a Milei en la segunda vuelta, y ahí es donde se marcó esa diferencia tan amplia”.

    El “libertario” Javier Milei ganó la segunda vuelta de elecciones en Argentina con más de 10 puntos por encima del candidato peronista Sergio Massa. Venció en 21 de las 24 provincias y se impuso en 352 de los más de 500 departamentos, partidos y comunas que existen en el país. No hay duda: Milei ganó democráticamente.

    La gente, dice Hoese, se cansó del peronismo y de vivir en una sospecha permanente de corrupción. Al final de su gobierno, el peronista Alberto Fernández, antecesor de Javier Milei, dejó la Presidencia con un índice de pobreza en Argentina superior al 40%. Para mayo de 2023, cuatro quintas partes de la población desaprobaba su gestión.

    —El peronismo es una máquina de multiplicar pobres, sí, vive de los pobres —sonríe Marcelo, satisfecho de su frase—. Han inundado este país con planes sociales. Y sus socios, los gremios sindicales, son los que se han solventado de ese dinero: ellos son todos ricos. Ah, pero eso sí: dicen defender a los pobres. ¿Cuál es el valor moral que tienen los gremios para venir a reclamar hoy el ajuste económico? Lo que está pasando es que estamos pagando años de despilfarro. ¡Paren la fiesta, viejo!

    Jubilados protestan en las calles de Buenos Aires
    Convocan a paro nacional a 45 días de Javier Milei como presidente de Argentina.

    Marcelo defiende las medidas aplicadas por Javier Milei para desregular la economía de Argentina. Son más que necesarias, insiste, son indispensables. 

    Frente a los reclamos de la gente que noche tras día sale a protestar a las calles, le preocupa que no dejen gobernar al nuevo presidente, electo democráticamente.

    —Yo me considero oposición del gobierno pasado, pero nosotros estuvimos calladitos criticando, como ciudadanos, no saliendo a cortar las calles y pidiendo que lo saquen. ¿Qué queremos? ¡¿Qué vuelvan los militares?! ¿Qué vuelva esa guerra atroz que los viejos vivimos? Yo nací en plena dictadura y déjame decirte que prefiero la peor de las democracias a la mejor de las dictaduras. Dejemos gobernar entonces al elegido por la voluntad del pueblo.

    Hoese vive a 300 kilómetros de la capital del país, en un pequeño pueblo llamado 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires. “Acá, en la esquina de mi casa, hay puro campo, vacas y sembradío”, cuenta con orgullo. 

    Hace tres años trabajaba como subsecretario de Seguridad Municipal. Hoy se gana la vida como reflexólogo y parapsicólogo. 

    Se considera un “terapeuta holístico”: cree en la curación de enfermedades a partir de masajes en los pies, lee el tarot y las manos, ofrece sesiones de hipnósis, usa términos de la “física cuántica” para hablar sobre la trascendencia a otro plano espiritual donde la materia deja de existir y la existencia se eleva a un plano superior: a “un lugar increíblemente bello del que no vas a querer volver”, dice. 

    Esta atmósfera esotérica no es algo extraño de ver en Argentina, lo mismo en los votantes de Milei que entre sus opositores. Hasta ahora lo paranormal se había mantenido más o menos lejos del ámbito político. En su libro El Loco. La vida desconocida de Javier Milei, el periodista Juan Luis González indaga en la bizarra relación del actual presidente con su perro Conan, al que clonó varias veces tras fallecer en octubre del 2017: 

    “Milei no dice, por ejemplo, que Conan está muerto; tampoco cuenta que este proceso lo atravesó con un parapsicólogo y una telépata que leían la mente del can y lo comunicaban con su dueño”.


    La memoria no se ha desvanecido 

    El historiador Aníbal Calvo entró por primera vez al Archivo Nacional de la Memoria en 2013. “Cuando llegué, el segundo piso estaba todavía vacío”, recuerda mientras sube las escaleras hacia la segunda planta del inmueble. Ahora en cada rincón del espacio se alzan estanterías llenas de cajas azules con etiquetas blancas: “tortura”, “desaparición”, “fusilamiento”, etcétera. 

    Ubicado en un predio de 17 hectáreas, en la zona norte de Buenos Aires, este lugar fue conocido como Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Pero no solo era una escuela militar. En realidad, durante la dictadura militar de 1976 a 1983, el edificio también operó como centro de detención, tortura y exterminio.

    Una aeronave metálica cubierta de polvo se exhibe en la entrada. Se trata de uno de los aviones que utilizaban en estos como en otros rumbos para tirar gente viva al mar. 

    Avión de la Muerte en el Museo Nacional de la Memoria
    Avión utilizado para realizar los vuelos de la muerte en Argentina. Hoy, en el Museo Nacional de la Memoria.

    –No es un avión “como ese”, no, no. Este es el avión que se utilizaba para tirar a la gente al mar.

    Y no es sólo aquel armatoste empolvado. Es todo el edificio que albergó a la ESMA: se estima que aquí se fraguó la  desaparición de al menos 5 mil personas. En 2004, el entonces presidente peronista Néstor Kirchner le quitó el terreno a los militares y repartió los 32 edificios que ahí se encontraban a una variedad de instituciones públicas, organismos de la sociedad civil y entidades de derechos humanos, como las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. La idea fue convertir el lugar en un Espacio para la Memoria.

    Kirchner fungió como presidente de Argentina de 2003 a 2007. Le sucedió de 2007 a 2015 su esposa Cristina Fernández de Kirchner, igualmente peronista y quien luego ocupó el cargo de vicepresidenta de la nación de 2019 a 2023.  

    —A mucha gente les jode que los Kirchner hayan gobernado tanto tiempo –comenta Aníbal–. Yo pienso: ¿cuál es el problema, si al país no le iba tan mal? 

    El “kirchnerismo” portaba la bandera de una defensa de los derechos humanos, del apoyo a la comunidad LGBTQ+ y del rechazo al neoliberalismo como modelo económico y en favor de programas de apoyo social. El historiador explica que durante el gobierno de Cristina Fernández por ley se debía entregar una doble indemnización en casos de despido laboral: “Casualmente, fue el momento en que más creció el índice de trabajo registrado”.

    Pero las políticas de los Kirchner enfrentaron una oposición feroz y los sectores conservadores los etiquetaron como traidores de la patria. Más allá de la crítica ideológica, al kirchnerismo también se le censuró por beneficiar a la clase empresarial y se le señaló por no combatir de manera efectiva la corrupción y, de hecho, como sus adversarios, por participar de ella. 

    A finales de 2022, un tribunal penal condenó a la entonces vicepresidenta Cristina Fernández a seis años de prisión por el delito de administración fraudulenta, al beneficiarse personalmente de contratos de obras públicas. Tras un sobreseimiento parcial que después fue revocado, el juicio sigue vigente. 

    Llegó luego el mandato de Mauricio Macri, opositor al kirchnerismo, quien ocupó la Presidencia de 2015 a 2019 e impulsó una economía de libre mercado y una postura de “mano dura” contra la delincuencia.

    —¿Será que realmente la democracia no le ha dado a la gente la respuesta que había que dar? —se pregunta Aníbal—. Un gobierno puede trabajar con ahínco desde la Secretaría de Derechos Humanos, pero si vos estás en una villa pobre y no tenés los servicios básicos indispensables, ¿a mí que me importan los derechos humanos si tengo hambre?

    A mí no me asombra que la gente de argentina haya votado por Milei: me asombra que la derecha no tenga mejores cuadros para ofrecer.

    Aníbal Calvo, investigador en el Archivo Nacional de la Memoria

    El trabajo de Aníbal como investigador en el archivo no se limita a lo académico. A menudo llegan visitantes que preguntan sobre algún familiar. Él se encarga de realizar una investigación y proporcionar la información obtenida. Las consultas pueden tratar sobre una víctima de desaparición o incluso sobre victimarios. 

    –La búsqueda del pasado no se limita a una sola cara de la moneda –dice Aníbal–. El pasado siempre está hablando, tiene una conexión directa con el presente.

    Durante su campaña, la actual vicepresidenta Victoria Villarruel, nacida en el seno de una familia militar y con un tío llevado a juicio por delitos de lesa humanidad, calificó a la ESMA como un lugar de “media memoria” porque, en su opinión, no se incluye la versión de los militares sobre los hechos. 

    La Argentina de Milei ante el recuerdo de la dictadaura

    Aníbal Calvo en el Archivo Nacional de la Memoria

    Argentina dio un vuelco con la llegada de Javier Milei a la presidencia

    El recuerdo de la dictadura

    Madres de Plaza de Mayo

    Madres de Plaza de Mayo

    —La verdad que estaría bueno que los militares nos cuenten acerca de las cosas que hicieron —comenta Aníbal—. Que nos cuenten dónde están los desaparecidos, los bebés secuestrados. Podrían empezar por ahí, porque todo lo que se sabe lo investigó la gente: ellos no contaron nada. 

    –Ahora que ganó Milei, ¿qué expectativas tienes a futuro?

    El historiador ríe.

    —Una cosa es hablar y otra más difícil es hacer. Deposito mi optimismo en la organización de la clase trabajadora de este país y de nuestra capacidad de resistencia. La capacidad del justo enojo para pegar un puñetazo en la mesa y decir: “No, por acá no, hasta aquí llegaste”. No sé, necesito tiempo, vamos a ver días convulsionados.


    La Ley de Alquileres y los mosquitos de Milei

    —Qué bonita se ve la calle libre —dice el conductor de Uber mientras pasamos frente al Obelisco de la avenida 9 de Julio, donde dos días antes la policía encapsuló a los manifestantes que protestaban por la aplicación de las medidas decretadas por Milei—. En los gobiernos pasados toda esta calle se llenaba de piqueteros que la cerraban y no te dejaban pasar como por cuatro horas. No lo dejaban laburar a uno. Lo peor es que no les hacían nada. 

    —¿A ti no te han afectado las nuevas medidas de Milei?
    —No, de hecho yo veo bien todo lo que está haciendo. Va a lograr que nuevas empresas lleguen al país.

    —Muchos se quejan del aumento de precios de los últimos días.
    —¡Inflación ha habido siempre! Llevamos años en este país donde cada semana los precios suben. Eso no es nada nuevo, lo nuevo es que por fin alguien está haciendo algo para cambiarlo. 

    El conductor termina el viaje sin decir mucho más. 

    En su departamento espera Arturo Leva, historiador e investigador doctoral en el Consejo de Investigaciones Cientìficas y Técnicas (Conicet). Venezolano de nacimiento, Leva es hijo de una madre campesina y de un padre que militó en la izquierda guerrillera venezolana. 

    En 2013 salió de su natal Caracas para realizar sus estudios de posgrado en Argentina, gracias a un programa de intercambio entre ambos países. 

    Un pequeño árbol de Navidad brilla en la estancia. En su escritorio se amontonan pilas de libros; la mayoría abordan la memoria de guerrillas y luchas populares en América Latina, represión, dictaduras. Platicamos mientras cepilla el cabello de su hija de siete años.

    La ley de alquileres preocupa a la mayoría de los Argentinos
    Milei impulsó la derogación de la Ley de Alquileres, lo cual ya impacta a los sectores vulnerables de Argentina.

    —Me acaba de llegar hoy un correo del nuevo director del Conicet —dice refiriéndose al genetista Daniel Salamone, amigo y máximo referente científico de Javier Milei—. Nos avisa que la institución sólo cuenta con el presupuesto de 2023 y que el pago de nuestras becas nada más va alcanzar hasta junio de 2024. No sé qué voy a hacer: recién la casera me dijo que probablemente empiece a cobrarme la renta en dólares.

    Esta es una de las medidas más polémicas del decretazo de Milei. Según su  artículo 257, “los alquileres podrán establecerse en moneda de curso legal o en moneda extranjera al libre arbitrio de las partes”, siempre y cuando los caseros no exijan cobrar en “una moneda diferente a la establecida en el contrato”.

    El problema es que ahora tampoco hay un plazo mínimo fijo para los contratos de alquiler. Es decir, si los caseros así lo desean, podrán realizarse contratos de sólo tres meses con el pago de la renta únicamente en dólares. 

    La derogación de la Ley de Alquileres trae consigo el riesgo de que los propietarios prefieran optar por alquilar sus espacios al sector turístico a través de aplicaciones como Airbnb, una práctica cada vez más común en las grandes ciudades latinoamericanas que ha dejado a muchas personas fuera de lo que por un largo tiempo fue su hogar y que en Argentina recién había comenzado a regularse.

    —Si sigue esto, si no se da para atrás el DNU de Milei, voy a tener que salirme de Argentina. Quizás me regrese a Venezuela. O tal vez me vaya  para México. Si me voy, no sé cómo le voy a hacer con…

    Arturo Leva calla y señala con sus cejas a su hija, que mira una película de dibujos animados en la televisión.

    Afuera la noche es fresca. Una nube de mosquitos devora las piernas y los brazos de cualquier incauto que se atreva a caminar a esas horas por la calle. Durante las últimas semanas, las especies transmisoras del dengue y de la encefalitis equina han invadido el Área Metropolitana de Buenos Aires. 

    “Los mosquitos de Milei”, nos dijo un vendedor de helados hace unos días. Es más o menos normal que, ante el aumento de lluvias después de un largo periodo de sequía, los mosquitos se multipliquen. Pero el aumento de los mosquitos que transmiten encefalitis equina pudo haberse evitado. 

    De acuerdo con el exdirector de la Federación Agraria Argentina, esta plaga es consecuencia directa de la administración de Mauricio Macri, quien eliminó la vacunación obligatoria en caballos y la volvió optativa. La consecuencia: un aumento en la transmisión de la enfermedad. 

    Esta es la segunda anomalía natural que ocurre en lo que lleva el nuevo gobierno. El primero fue el 17 de diciembre, cuando una tormenta huracanada dejó al menos 13 personas fallecidas en la localidad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. 

    Esa noche, Milei acudió al lugar de los hechos enfundado en uniforme militar y con un aviso para los afectados: “Estoy perfectamente confiado en que ustedes van a poder lograr resolver esta situación de la mejor manera posible, con los recursos existentes”.

    En pocas palabras: el gobierno no tiene plata para ayudarlos, tendrán que hacerle cómo puedan.


    La mentira avanza, la libertad… pues

    De La Libertad Avanza, el partido de Milei, hablaron Mila Zurbriggen y el periodista Juan Luis González hace un año, cuando el actual presidente de Argentina apenas era diputado nacional y González preparaba su libro, al que finalmente tituló como El Loco. La vida desconocida de Javier Milei. 

    Al terminar la entrevista, una vez que los micrófonos estuvieron apagados, el periodista se acercó a Mila.

    —Me dijo que yo le parecía una buena persona, pero que claramente no tenía idea de lo que era La Libertad Avanza –cuenta Mila, de 24 años–. Yo le respondí: “Mirá, sí sé qué es; estoy acá porque estoy tratando de que una nueva generación llegue al poder y cambie de verdad las cosas, aunque para lograr eso, en algunos puntos me tenga que callar”. 

    Pero cuando Milei ascendió a la Presidencia de Argentina, esta chica de larga cabellera negra tenía casi 10 meses de haber abandonado su militancia en La Libertad Avanza. 

    Los jóvenes fueron una de las piezas claves en el éxito electoral de Milei. Según una encuesta del diario El País, 69% de las personas menores de 24 años votaron por él. Una de las organizaciones que movilizaron a todos esos jóvenes fue Generación Libertaria: la agrupación de activistas liderada por Mila Zurbriggen, un colectivo que se definía como pro-vida, liberal, de derecha, pro-familia, y opositor a todo lo relacionado con “la cultura woke”.

    —Hacía mucho tiempo, previo a Javier Milei, que la juventud argentina se estaba volviendo liberal y de derecha —explica Mila—. Nosotros, como agrupación, habíamos trabajado durante muchos años para tratar de llevar la delantera en la “batalla cultural”. 

    Y de pronto aparece Milei, con todo el mundo poniéndole atención. Acapara todo ese movimiento y termina de esparcirlo dentro de la sociedad.

    “vi en él una representación política de nuestras posturas: eso me llevó a querer estar dentro de la alianza para apoyar a Milei como candidato a diputado”

    Mila Zurbriggen, líder de Agrupación Libertaria: organización de jóvenes que apoyó la candidatura de Milei

    Aquel 11 de febrero de 2023, el día en que la entrevistó Juan Luis González, Mila llegó a su casa. Hoy cuenta que apenas encendió la tele, escuchó la voz de un predicador: “Hay gente que sabe que está en lugares donde hay cosas muy malas, y esa gente tiene que tomar una decisión”.

    —Para mí eso fue una confirmación de que debía salirme (de Libertad Avanza). Ahí fue cuando tomé la decisión de escribir un hilo en Twitter, despidiéndome de los militantes y explicando por qué me iba.

    La casta esta en el poder junto a Milei ese es el motivo por el que el plan "motosierra" no se aplico, el arreglo de Milei con la casta lleva a que el ajuste lo paguen los ciudadanos comunes mientras la casta política hace negocios financieros y prevendarios.

    — Mila Zurbriggen |🇦🇷 mi unica bandera. (@Milazurbriggen) January 2, 2024

    A Mila no la echaron: ella se fue. Dice que ya no le alcanzaba la conciencia para seguir trabajando por un espacio en el que ya no creía. Que ya no le cabía en la moral decirle a la gente que se venía la transformación de Argentina con Milei y La Libertad Avanza, sabiendo, desde dentro, que era mentira. 

    —Lo que me pareció muy feo es que, por un lado, decíamos que íbamos contra la casta política y contra las viejas formas de hacer política y, por atrás, se hacían un montón de arreglos espurios con la corporación política. La mayoría de los manejos del frente no tenían nada de nuevo, eran iguales que los de las administraciones anteriores. Cosas como la venta de candidaturas, colocar gente sumamente corrupta en puestos importantes, el intercambio de sexo por cargos. Todo eso me indignó mucho. 

    Mila sube la voz conforme crece su enojo. Dice que le duele que Milei le diera la espalda a las juventudes que lo apoyaron. Que no les diera ni voz ni voto en el proyecto y que los hiciera a un lado tras su campaña electoral y, más aún, luego de su triunfo.

    La cantidad de estrés, desesperación y ansiedad que puede producir un solo individuo preocupa. En los últimos 45 días Javier Milei ha dejado en shock a buena parte de Argentina. 

    Quienes aún lo apoyan, explica Mila, lo hacen debido al rechazo a los anteriores modelos: el peronismo, el macrismo, el kirchnerismo. Es fácil que la gente se aferre al poco cambio que se logró, aun cuando ese cambio sea irracional y se prevean consecuencias horribles. 

    Pero, más allá de eso, lo que le preocupa a Mila, quien lo conoció de primera mano y trabajó con él durante meses, es el carácter de ese hombre: Javier Milei tiene una personalidad totalitaria que demanda absoluta idolatría a quienes lo rodean.

    —Yo me cansé de tener que estar 24/7 chupándole las medias y persiguiendo su atención para que no se ofendiera. Quienes trabajamos con él, vivimos lo que es hablarle a una persona que está siempre a la defensiva y que cree tener siempre la verdad absoluta.

    Tras la denuncia pública de Mila Zurbriggen, las cosas se tornaron violentas pronto. Comenzó a recibir amenazas de muerte, la esperaron afuera de un canal de televisión, incluso comenzaron a seguirla.

    —Eventualmente tuve que andar con custodia –dice con una voz tenue—. Estoy orgullosa de lo que hice. Uno de los miedos más grandes que uno tiene cuando entra a la política es traicionarse a sí mismo por el ambiente. Yo no permití que eso pasara conmigo, no permití que la juventud fuera usada.


    Buenos Aires: protocolo antipiquetes

    Estamos cerca del Obelisco de la Avenida 9 de Julio, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires. Es 27 de diciembre y una multitud armada con cucharones y cacerolas ha logrado bloquear una avenida. Un escuadrón de policías, protegidos todos con cascos y escudos, forma un bloque frente a los manifestantes, los rodean. El bloque pronto se convierte en un cerco. No hay demasiada diferencia entre ambos bandos. También entre los uniformados participan mujeres, gente muy joven. Algunos evitan la mirada de quienes protestan, la clavan en el piso. Otros policías, orgullosos, gritan con rabia a los que han parado el tráfico.

    Hace unas horas sonaban todavía los gritos de la protesta en la Plaza Tribunales, el retumbar de los tambores, los petardos lanzados por los manifestantes. La gente había salido a protestar activamente contra el DNU del nuevo gobierno. La plaza se llenó de puestos de carne asada, choripan y cerveza para consumo de los inconformes.

    Protocolo antipiquetes en Buenos Aires
    El gobierno de Milei en Argentina comenzó con protestas y represión.

    Un par de semanas antes, la nueva ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó el “protocolo para el mantenimiento del orden público” o, como se le conoce en la calle, “protocolo antipiquetes”: un mecanismo de represión de protestas que pretende identificar y detener a quienes encabecen cualquier manifestación. 

    Bullrich no es una novata. Se trata de una exjugadora de hockey, de sonrisa rígida y cabello castaño que en su momento militó en las juventudes peronistas y ocupó el Ministerio de Trabajo durante el periodo de Fernando de la Rúa (1999-2001). Durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) se desempeñó en el mismo puesto que tiene hoy en el gabinete de Milei. 

    A pesar de las promesas de Milei de “acabar con la casta política argentina”, lo cierto es que Bullrich no es la única figura que recicló del anterior régimen: Luis Caputo, ministro de Finanzas con Macri, hoy es el actual ministro de Economía.

    Durante la administración de Macri, Bullrich puso en marcha su primer “protocolo antipiquetes”; en él establecía que las fuerzas policiales, tanto federales como provinciales, debían hacer saber a los piqueteros –como llaman en Argentina a los manifestantes que bloquean una calle– que tenían un plazo máximo de cinco minutos para liberar la vía; pasado este tiempo, los cuerpos de seguridad tenían permitido recurrir a la violencia.

    Con el nuevo protocolo, oficializado el pasado 15 de diciembre, ahora las cuatro fuerzas federales –la Gendarmería, la Prefectura Naval, la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria–, además del  Servicio Penitenciario Federal, tienen permitido hacer uso de la fuerza sin orden judicial. 

    Por si fuera poco, de ahora en adelante el gobierno puede hacer llegar a las organizaciones que participen en cualquier protesta una factura con el supuesto gasto derivado del operativo policial, el cual deberán pagar. De lo contrario, se amenaza con “proceder a hacer recaer sobre ellos el precio de la ley” y se les retirará de los programas de ayudas sociales.

    Pese a todo, la gente volvió a tomar las calles y los piqueteros volvieron a cortar el tránsito. Por eso ahora, a la primer orden, los elementos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires se alinean en una sola fila. A la segunda, colocan una pierna al frente como quien se prepara para resistir una avalancha. En la última orden, caminan a paso marcial. Avanzan contra lo que sea, llevando al grupo de manifestantes hacia la banqueta, tal como ha ordenado el presidente. Aplastan a la gente contra las paredes y las cortinas de los negocios. 

    La represión en la Argentina de Milei
    “Piqueteros”: manifestantes que bloquean las calles.

    –¡Grita tu nombre hermano! ¡Grita tu nombre! –los gendarmes arrastran a un muchacho de camisa azul hacia uno de sus vehículos, nadie alcanza a escuchar su nombre–. ¡Volveremos por ti! 

    —Es ridículo —dice un señor que sólo pasaba por ahí—. No son más de 50 personas. ¿Por qué mandaron a tanto milico? 

    Poco a poco los contingentes han ido vaciando la plaza. Dos mujeres mayores  miran a la multitud desde la escalinata del Teatro Colón. Nos dicen su nombre: Ana y Mabel.

    —Yo tuve unos días muy deprimidos: se veía venir que iba a ganar Milei, aunque no me imaginaba tanta diferencia –confiesa Ana.

    —Fue gente joven que no se informó —lamenta Mabel—. Gente que quiere seguir en la universidad pública pero vota por Milei; gente que quiere, no sé, salud pública, y vota por Milei. Se creyeron el cuento de la motosierra y de que iba a ir contra la casta política. Ahora la cantidad de arrepentidos son muchos porque se dieron cuenta que realmente la motosierra fue para el pueblo. 

    —Este es un gobierno legítimo –dice Ana–, pero él tiene que saber que esa legitimidad lograda por el voto de la mayoría no le permite convertirse en un monarca. 

    Mientras acá afuera la gente protesta, dentro de La Casa Rosada –sede del Poder Ejecutivo– el presidente Javier Milei termina de enviar al Congreso la “Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”. Le apodan la ley ómnibus: un proyecto que consta de 600 artículos de ley que abordan aquello no entró en el DNU: reformas electorales, previsionales, energéticas y penales.

    Ahora, en la calle, un grupo de uniformados en motocicleta corre a toda velocidad. Son el Grupo de Acción Motorizada (GAM) de la policía capitalina. En cada vehículo van dos personas: el piloto al frente y, atrás, otro uniformado que exhibe un arma larga. Las motos rugen, ellos ríen.


    Muerte en el paraíso

    —En los lugares más bonitos también suceden cosas crueles —dice César Jara. Al fondo, en la ventana del boliche (como le dicen acá a los bares) se dibuja, imponente, la cordillera nevada de los Andes y un sol rojo que se hunde en sus montañas–. En este maravilloso lugar, hace 100 años fueron fusilados 200 obreros por el hecho de pedir, y después exigir, mejores condiciones laborales.

    César es artesano, cuenta 45 años viviendo en El Calafate, un pueblo ubicado casi 3 mil kilómetros al sur de Buenos Aires, en la ribera del Lago Argentino, la provincia de Santa Cruz, en donde cada invierno la nieve lo sepulta todo y ahuyenta a los turistas. 

    Se dedica a trabajar la madera, repujar el cuero y fundir el metal para la elaboración de cinturones, broches y recipientes para tomar mate, los cuales vende por las tardes en su pequeño local de madera. Ahí pasa los días, asomando su barba canosa para saludar y hacerle la plática a quien sea que camine por esos rumbos.

    En su juventud, César fue un chico de ideales maoístas. Durante los 70  formó parte del Movimiento Agrario de Misiones (MAM), una organización que defendía los intereses de los campesinos en la ciudad de Oberá, al norte del país. Hasta que en 1976 llegó el golpe de Estado, la Junta Militar: la dictadura. 

    César recuerda bien esa época. Su padre trabajaba como administrador en uno de esos clubes con albercas, canchas de tenis y restaurantes. Un día de tantos, uno de los socios del club le entregó una nota. Se trataba de una advertencia: el nombre de su hijo estaba en la lista de los que nunca volverían. 

    César Jara en la provincia de Santa Cruz, cerca de la Patagonia
    A César Jara le preocupa que Milei repita los antiguos errores de Argentina.

    César reaccionó rápido: puso el dedo sobre el mapa en el lugar más lejano que pudo imaginar para esconderse, un poblado con 900 personas al sur de Argentina y huyó. A los pocos días, la selva de su infancia quedó sustituida por las montañas de la Patagonia. Se convirtió en un exiliado dentro de su propio país.

    —Ni bien llegué a la provincia de Santa Cruz en 1979, me enteré de lo que había pasado acá cerca, en la estancia La Anita, y con un par de vecinos formamos la “Comisión por la Memoria de los Fusilados 1920-1921” —recuerda César. 

    Hoy, gracias a la investigación periodística de Osvaldo Bayer, se conoce lo sucedido hace más de un siglo: una insurrección anarcosindicalista de trabajadores fue reprimida violentamente por el ejército argentino. Se calcula que mil 500 huelguistas fueron asesinados entre 1920 y 1921. Cien años después, la estancia La Anita, lugar donde ocurrió una de las muchas masacres, fue declarada Monumento Histórico de la Memoria.

    —Sólo pedían una serie de requisitos para mejorar sus condiciones de vida, ¿me entendés? —cada cierto tiempo César interrumpe la conversación para llenar de nuevo el mate con agua caliente—. Que tuvieran una vela para iluminarse, que el botiquín de emergencias no estuviera escrito en inglés, que el baño no estuviera a 50 metros de donde dormían porque esto en invierno son 50 metros de hielo y nieve, que tuvieran mejores salarios. Tareas fundamentales del Estado, nada del otro mundo. 

    Paisaje patagónico en la Milei de Argentina
    “En los lugares más bonitos pueden suceder cosas crueles”.

    —¿Y qué piensas del nuevo Estado? 

    Cuando hablamos con César había pasado poco más de una semana de que Javier Milei asumiera como persidente de Argentina. En ese corto plazo, el peso se había devaluado 50%, los subsidios a la energía y el transporte habían disminuido, las obras públicas sin comenzar fueron suspendidas. 

    Se anunció también que los contratos laborales de los empleados gubernamentales con menos de un año de vigencia no serían renovados. “En el corto plazo la situación empeorará –advirtió Javier Milei al poco tiempo de asumir funciones–, pero luego veremos los frutos”. 

    —Este gobierno representa la mirada mercantilista y represiva del siglo pasado, ¿viste? Si fuera por ellos, harían exactamente lo mismo —responde César después de dar un trago largo a su bombilla—. Sólo esperemos que no hagan todo el daño que tienen pensado hacer, que el pueblo responda lo antes posible para que no se repita la historia.

    Que no se repita la historia. 

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    Por Mariana Maytorena y Santiago Reyes

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