Por violencia, baja en 22% la matrícula de estudiantes en Guerrero
Episodios de violencia ocasionan suspensión de clases, huída de maestros y deserción de estudiantes en Guerrero.
Debido a la violencia, la matrícula escolar de Guerrero se ha reducido en 115 mil 565 estudiantes de primaria en el estado de Guerrero en poco más de una década. Esto equivale a un 22% de la matrícula total del estado si se le compara con las cifras del 2011. Esto de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revisadas por la reportera Marlen Castro en un reportaje de Amapola Periodismo.
Los conflictos armados protagonizados por autoridades de los distintos niveles de gobierno y las distintas células del crimen organizado han cobrado la vida ya de decenas de maestros o los ahuyenta de las comunidades. Esta violencia también afecta a los estudiantes:
“La comprensión lectora de las niñas y los niños en México está bajando porque acuden a la escuela en escenarios que no son los apropiados para aprender”, señaló Juan Martín Pérez García, de Tejiendo Redes Infancia de América Latina y El Caribe, en entrevista realizada a distancia con Amapola.
Esta afectación se agudiza cuando se habla de comunidades indígenas. En noviembre pasado, por ejemplo, el Consejo Indígena y Popular del Estado de Guerrero, Emiliano Zapata cerró las oficinas de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), para exigir que mandaran maestros a la región Montaña, en donde desde hace dos años no hay clases normales. La organización protestó dos días seguidos y tomaron edificios públicos. Se retiraron sin ser atendidos.

En los dos últimos años, debido a episodios violentos, se han suspendido clases en varios municipios. En Chichihualco, cabecera del municipio de Leonardo Bravo, no hay clases regulares desde julio del 2023, por ejemplo.
En Chautipan, en la sierra de Guerrero, se suspendieron la clases en preescolar, primaria y secundaria durante todo septiembre. El huracán John había afectado los caminos y la infraestructura de las comunidades. Pero a principios de noviembre, desaparecieron 17 personas; 11 de ellas –cuatro menores y dos mujeres– aparecieron muertas. Habían sido asesinados, decapitados, desollados. Las clases se reanudaron apenas, el 20 de enero pasado, pero sólo a nivel primaria.

Foto: Galo Cañas, Acapulco
Por situaciones similares, en Cuajinicuilapa, Tecpan, Atoyac y en Coyuca de Benítez también se suspendieron las clases a finales del año pasado. Y entre julio de 2023 y febrero de 2024, las escuelas de todos los niveles de Chilpancingo suspendieron clases en tres ocasiones debido a la violencia.
Juan Martín Pérez García piensa que Guerrero no es una excepción: en todo el país han abandonado la escuela el 25 % de estudiantes, debido principalmente a que en las áreas rurales las maestras y los maestros no van a clases cuando se presenta un episodio de violencia.