Manuel Guerrero, detenido en Qatar por su orientación sexual, seguirá en prisión allá
A las 10 de la noche de este jueves 14 de marzo (hora de Qatar), Enrique Guerrero escuchó lo que durante tantos días temió: a su hermano Manuel, detenido desde hace un mes por su orientación sexual, le negaron la libertad bajo fianza y será sometido a juicio y permanecerá en prisión en Doha al menos durante un mes.
Manuel será sometido a juicio por cargos que no le fueron revelados en la audiencia, en la que no hubo traductor, y sin una garantía de tener acceso a los antirretrovirales que necesita para poder vivir, debido a su condición de portador de VIH.
“Esta es una sentencia de muerte para mi hermano”, lamenta Enrique, quien viajó por segunda ocasión desde que su hermano fue detenido por la policía de este país. “No tendrá acceso a sus medicamentos antirretrovirales que le son indispensables dada su condición de ser persona que vive con el VIH”.
Durante los 39 días que lleva preso, la interrupción del suministro de sus pastillas ha sido una constante, pese a que Enrique entregó los medicamentos a las autoridades de Qatar, país que penaliza la homosexualidad con hasta siete años de cárcel.
Las autoridades del país árabe, que no proporcionan este tipo de medicamentos y tienen, de hecho, prohibida su venta, se han negado a entregarle a Manuel los antirretrovirales para forzarlo a delatar los nombres de la comunidad gay con la que convive en Doha.
El juez catarí decidió mantener 30 días en prisión a Manuel Guerrero Qatar para realizar la investigación del caso; mientras, no se le garantizará su medicamento. De hecho, le advirtieron que cuando se acabe su última pastilla antirretroviral, en 10 días, no le darán más.
Como castigo ante la campaña que hizo pública, le prohibieron las visitas a su hermano, cartas a su familia, tampoco volver a recibir libros y siguen sin poderse cortar las uñas, ni el cabello.
El pasado sábado 9 de marzo, Enrique subió de nuevo a un avión desde la Ciudad de México rumbo a Qatar. Es la segunda vez que hace este viaje de 13 mil 849 kilómetros en un solo mes.
Quería estar presente en el momento en que las autoridades de este país tomaran la decisión. El resultado de la audiencia fue adverso. Sin embargo, dice, no voy a dejar de insistir en que lo liberen y sea deportado porque “ser gay es un derecho humano y no delito”.
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