“El Mayo” enfermo y la presencia global del CJNG y el Cártel de Sinaloa: revelaciones de la DEA en su informe
Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los responsables de la “peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos”, acusa la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en su más reciente evaluación nacional sobre el tema.
“El alcance del control de los cárteles de Sinaloa y Jalisco sobre cada segmento del tráfico criminal de drogas ha eliminado efectivamente cualquier competencia en Estados Unidos”, afirma la revisión anual en la que se detalla que ambas organizaciones, nacidas en México, operan en los 50 estados que conforman ese país en alianza con grupos locales.

La DEA identifica que el Cártel de Sinaloa opera bajo una estructura de “paraguas”, un esquema que no designa un líder absoluto y que permite el intercambio de recursos, como rutas de contrabando, contactos y redes de lavado de dinero, sin necesidad de compartir ganancias ni responder a una cadena de mando principal.
En el reporte se identifican cuatro liderazgos:
- “Los Chapitos”. El grupo está integrado por Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López. Todos son hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
- Ismael “El Mayo” Zambada García. Involucrado en el tráfico de drogas desde la década de 1970, “El Mayo” ha codirigido el Cartel de Sinaloa durante más de 30 años. La DEA revela que actualmente se encuentra en mal estado de salud física, lo que pone en riesgo el liderazgo de su facción en medio de una batalla interna con “Los Chapitos”.
- Aureliano “El Guano” Guzman Loera. Hermano de “El Chapo” Guzmán.
- Rafael Caro-Quintero. Capo con décadas en el negocio de las drogas, ha afirmado haberse retirado del narcotráfico, aunque su nombre sigue emergiendo regularmente entre las amenazas que lanzan los grupos criminales entre sí.
La DEA afirma que el Cártel de Sinaloa opera en al menos 47 países y que ha establecido relaciones con grupos locales en América, Europa, Oceanía , Asia y África, abarcando todos los continentes.
“El Cártel de Sinaloa puede operar libremente en algunas partes de México porque tienen una red de contactos corruptos policiales, militares y políticos”, dice la DEA, que resalta que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, es el máximo funcionario mexicano sentenciado por colaborar con esa organización.
Además del narcotráfico, las actividades del cártel están enfocadas en la extorsión, el robo de hidrocarburos y minerales, el tráfico de armas y migrantes, y la trata de personas. La DEA enfatiza en el tráfico de fentanilo, sostiene que la campaña emprendida por el Cártel de Sinaloa sobre su salida de este negocio ilícito se trató solo de un acto mediático o empresarial.
“La prohibición es probablemente un truco de relaciones públicas o una intento de los cárteles de consolidar la producción entre un número menor de empresarios de confianza fabricantes y castigar a otros. Durante 2023, se incautó fentanilo en la frontera en igual proporción o cantidades mayores que en años anteriores, y ninguna oficina de la DEA informó que el fentanilo es menos disponible o más caro, cualquiera de los cuales apuntaría a una disminución en la oferta”, explica la agencia estadounidense sobre las mantas halladas en las que “Los Chapitos” prohibían a sus subordinados en Sinaloa y Baja California mantener o incursionar en esa droga.

Sobre el Cártel de Jalisco Nueva Generación, la agencia señala que su líder máximo es Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, conocido como “El Mencho“, quien opera junto a “un pequeño grupo de comandantes de alto nivel que reportan directamente”.
El CJNG opera con un modelo de negocio tipo franquicia, en el que un segundo nivel de jefes regionales y de “plaza” opera bajo los líderes del nivel superior.
“El modelo de franquicia permite a cada grupo semiindependiente personalizar sus operaciones de acuerdo con áreas específicas de especialización (por ejemplo, dirigir laboratorios clandestinos de metanfetamina) o demandas del mercado, siempre que cumplan con los requisitos de nombre, marca y estructura organizacional, y sigan la dirección general dictada por los líderes del Cartel de Jalisco”, detalla la DEA.
Este modelo, destaca el reporte, permite al CJNG maximizar sus ingresos, “porque el liderazgo no paga los costos operativos de sus franquicias, pero sí recauda un porcentaje de las ganancias totales”. Sin embargo, esto puede ser contraproducente, ya que estos grupos pueden formar alianzas con otros en directa oposición a las alianzas de otras franquicias.
La evaluación detalla que además del narcotráfico, el CJNG se dedica al robo de combustible de ductos, a la extorsión a agricultores de agave y aguacate, a migrantes y a funcionarios penitenciarios, e impone “impuestos” a los traficantes de migrantes.
“Los estrechos vínculos familiares y matrimoniales del cártel con “Los Cuinis”, una organización criminal cuyos miembros han estado profundamente arraigados en esquemas de lavado de dinero durante más de una década, les dan una ventaja de lavado de dinero sobre otras organizaciones de tráfico de drogas, y están activos en la construcción de complejos turísticos, tiempos compartidos y otras propiedades en zonas de alto turismo con fines fraudulentos y de lavado de dinero”, resalta la DEA.
Al igual que el Cártel de Sinaloa, mantiene sus operaciones con sobornos e intimidaciones a funcionarios gubernamentales, militares y encargados de hacer cumplir la ley en todos los niveles.
“Su rápida expansión es evidencia de la creciente influencia criminal del Cártel de Jalisco en todo el mundo, y las ganancias obtenidas de estos lucrativos mercados proporcionan el combustible financiero para una expansión aún mayor”, advierte el informe.