México y China son clave en finanzas ilegales del fentanilo: Departamento del Tesoro
Las finanzas de la producción y tráfico ilegal de fentanilo tocan en todo momento el sistema financiero estadounidense, con intermediarios clave en China y México.
Un informe publicado esta mañana por la Red de Control de Delitos Financieros (Fincen, por su acrónimo en inglés), una agencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos advirtió que cada paso de la cadena de suministro del fentanilo ilegal que se comercializa en Estados Unidos explota el sistema financiero estadounidense e involucra a intermediarios clave ubicados en China y México.
El informe “Financiación ilícita relacionada con el fentanilo: patrón de amenazas e información sobre tendencias para 2024” también señala a México como un eslabón clave en toda la cadena de producción, tráfico y lavado de dinero vinculado a esta sustancia.
La agencia reconoce, además, que durante el trasiego de fentanilo y su comercialización el sistema financiero estadounidense participa en todo momento gracias a bancos e intermediarios en donde el dinero pasa de un lado a otro a través de una red internacional.
El informe basa en el análisis de mil 246 reportes de la Ley de Secreto Bancario estadounidense sobre actividades sospechosas de guardar vínculos con la producción ilegal o tráfico de fentanilo durante 2024. Estas transacciones involucran al menos mil 400 millones de dólares.

Se trata de una cadena que comienza en la adquisición de productos químicos para la fabricación del fentanilo, sigue su tráfico hacia Estados Unidos y termina en el lavado de todo el dinero resultante. De acuerdo a la Fincen, agencia especializada en combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, cada uno de estos pasos, necesita tener puntos de contacto con el sector financiero estadounidense.
Sin embargo, de acuerdo al documento, México y la República Popular China son “los dos principales países extranjeros identificados en los campos de dirección de los reportes BSA analizados, desempeñan papeles clave en la producción de fentanilo y la posterior actividad de lavado de dinero”.
Aunque el informe menciona también a Canadá, República Dominicana, Colombia, Reino Unido, España e India como parte de la red a través de la cual se intenta borrar el rastro criminal de estos recursos –sin mencionar a empresas farmacéuticas y otros proveedores de productos químicos– la agencia detalla los movimiento en México.
Sinaloa y Jalisco concentran el 32% de los movimientos de capital vinculados al tráfico de fentanilo: los principales beneficiarios de repatriar las ganancias del tráfico de fentanilo se ubican también en estos estados. Se trata de entidades controladas por el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Además, destaca Baja California, Sonora y Chihuahua (27% en conjunto) y la Ciudad de México (10%).
Por contraparte, el informe menciona las provincias chinas de Hebei, Shandong, Guangdong y Zhejiang como sitios con altos reportes de irregularidades, lo mismo que California, Florida, Nueva York, California y Arizona donde la Fincen ubica redes de distribución y puntos de recolección tanto de droga como de recursos ilícitos.

En los últimos años, de acuerdo a lo señalado por la agencia, el papel de los intermediarios estadounidenses y mexicanos ha crecido, además del uso de empresas fachada. Sobre todo en lo referente a la adquisición de precursores químicos. Pero en Sinaloa y Jalisco donde se realizan más transferencias bancarias a proveedores de precursores químicos con sede en China, quienes aceptan una amplia gama de métodos de pago y servicios bancarios que a menudo usan para colocar sus productos por debajo del agua.
La agencia reporta cómo el dinero producto de la venta de fentanilo y los precursores para fabricarlo paga desde China operaciones en México, incluidos negocios legítimos como restaurantes. En México se identificó a una red que, gracias a pasaportes falsos abren cuentas bancarias y registran empresas ficticias –de construcción, marketing o tecnología– sólo para recibir dinero y transferirlo a otras compañías muchas de ellas también ficticias o creadas sólo para encubrir el tráfico ilegal de precursores químicos.