Muere adolescente herido de bala en Tamaulipas, señalan al Ejército
Armando Hernández, de 16 años, fue presuntamente herido por una bala perdida del Ejército en un enfrentamiento en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El sábado, Armando Hernández Gallardo, un adolescente de 16 años se encontraba trabajando junto a otros menores al poniente de Nuevo Laredo, Tamaulipas, cuando fue alcanzado por un disparo (presuntamente del Ejército) que lo llevó a pasar más de tres días hospitalizado. Ayer el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo informó el fallecimiento del joven.
Según los reportes locales, el estudiante de bachillerato se vio atrapado en un fuego cruzado entre militares y civiles armados cerca de las 8 de la noche. Una de las balas le alcanzó los intestinos.

Su madre lo trasladó a recibir atención médica urgente. “No había médico especialista”, comentó la mujer, quien buscó que su hijo fuera atendido en hospitales públicos, pero fue rechazado. Al paso de las horas su condición empeoró.
Por la urgencia de salvarle la vida, la familia lo ingresó a un hospital privado hasta la madrugada del domingo, donde el joven fue operado. Sin embargo, los daños graves en órganos vitales le provocaron la muerte el miércoles por la tarde.
Su familia organizó colectas, rifas y solicitó donadores de sangre para solventar los gastos del hospital y mantener vivo a Armando, a quien describieron como un “niño trabajador”. El joven se empleaba durante sus vacaciones como limpiador de predios, con ello podía pagar sus estudios.
La responsabilidad verde olivo
El Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo destacó que la familia del muchacho aportará evidencias de la presunta participación de militares en la agresión que cobró la vida de Armando; además, la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas ya abrió una carpeta de investigación para deslindar responsabilidades.
La Oficina en México del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lamentado la muerte del menor de edad y ha hecho un llamado a esclarecer los hechos e identificar responsabilidades: “De confirmarse la participación de los elementos del Ejército, este caso evidenciaría los potenciales impactos del despliegue de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, y en particular, los que afectan a las infancias”.
El señalamiento de la ONU no es aislado: los fallecimientos derivados de enfrentamientos despiertan alertas para las organizaciones que defienden los derechos humanos. En Tamaulipas, por ejemplo, los asesinatos extrajudiciales de civiles a manos de miembros del Ejército son una constante letal que cobra víctimas desde hace años.





